En medio de un panorama global en el que el consumo de leche está en declive, los ganaderos de América Latina continúan esforzándose por mejorar la calidad de sus productos y técnicas de producción. En una reciente entrevista, con Diario El Productor Ariel Londinsky, Secretario General de la Federación Panamericana de Lechería (FEPALE), compartió sus perspectivas sobre la situación del sector lácteo en la región, enfocándose en los desafíos y oportunidades que enfrenta Ecuador.
Londinsky indicó que, según las recomendaciones de especialistas en nutrición, el consumo óptimo de leche se sitúa entre 150 y 180 litros por habitante al año. Sin embargo, el promedio en América Latina se queda en 130 litros, lo que sugiere un considerable margen para el crecimiento. Mientras que países como Uruguay, Argentina y Costa Rica han logrado casi alcanzar los 200 litros por habitante, otras naciones, como Nicaragua y Guatemala, presentan cifras alarmantemente bajas, de solo 70 a 80 litros.
Ecuador, se encuentra en una posición intermedia, con un consumo per cápita que oscila entre 100 y 110 litros. A pesar de no ser el más bajo, esto representa una clara oportunidad para incrementar tanto el consumo como la producción de leche en el país, explica el experto.
Oportunidades para el crecimiento en Ecuador
Londinsky destacó que Ecuador tiene ventajas significativas que pueden potenciar su sector lácteo. La diversidad climática del país permite a los productores manejar una amplia gama de razas de ganado, adaptadas a diversas condiciones, desde climas fríos hasta trópicos calurosos. Esto no solo favorece la producción, sino que también ofrece oportunidades para diversificar los productos lácteos disponibles en el mercado.
Además, el programa de alimentación escolar en Ecuador, que incluye leche en sus raciones, es un aspecto crucial. Este programa no solo garantiza que los niños reciban nutrientes esenciales, sino que también fomenta hábitos de alimentación saludable desde una edad temprana, expresó.
Crecimiento de la demanda y desafíos
A nivel regional, la demanda de productos lácteos sigue en aumento, con un crecimiento aproximado del 2% anual. Londinsky afirmó que esta tendencia representa una oportunidad para que América Latina, y Ecuador en particular, aumenten su producción y fortalezcan su posición en los mercados internos y externos.
Sin embargo, el sector también enfrenta desafíos significativos. Uno de los principales es la informalidad en la producción láctea, que afecta tanto a los productores formales como a los informales. Londinsky subrayó la importancia de desarrollar políticas públicas que aborden esta cuestión, ya que la informalidad no solo limita el crecimiento del sector, sino que también puede tener implicaciones para la salud pública.
Destacó que recientemente, FEPALE firmó un acuerdo con el Ministerio de la Producción de Ecuador para promover el sector lácteo a través de un Observatorio Nacional. Esta iniciativa tiene como objetivo reunir datos precisos que permitan a los responsables de políticas tomar decisiones informadas y comparativas con otros países de la región. La colaboración busca fortalecer el sector mediante la obtención de información relevante sobre producción, consumo y precios.
Precios y mercado internacional
En cuanto a los precios, Londinsky mencionó que la dolarización del Ecuador y las fluctuaciones en el mercado internacional impactan en la economía del sector lácteo. Aunque Ecuador se autoabastece en gran medida, los precios internacionales de la leche pueden influir en el mercado local. La tonelada de leche en polvo ha mostrado una tendencia de precios fluctuantes, lo que genera incertidumbre para los productores.
FEPALE está llevando a cabo varias iniciativas para fortalecer el sector lácteo. Una de las prioridades es la promoción de la sostenibilidad, que abarca aspectos ambientales, económicos y sociales. Londinsky destacó la importancia de asegurar que los productores rurales tengan acceso a condiciones de vida adecuadas y servicios esenciales.
Además, se está implementando una campaña de promoción del consumo de leche, en colaboración con más de 40 organizaciones, incluidas universidades e instituciones de investigación. Esta campaña busca reafirmar los beneficios nutricionales de la leche y combatir mitos comunes sobre su producción y consumo.
Por último, FEPALE está trabajando en la creación de normativas que aborden desafíos importantes, como el etiquetado de productos lácteos y la defensa de las denominaciones lácteas. Esto incluye desmentir mitos sobre el impacto del ganado en la generación de gases de efecto invernadero, argumentando que el metano producido por el ganado es parte de un ciclo natural y no es la principal causa del cambio climático.
Fuente: El Productor