Llega la tercera revolución del gran cacao ecuatoriano

Las multinacionales llegan por la productividad y la calidad del CCN 51. Las últimas en arribar son Barry Callebaut y Cargill, que han formado equipos.

La University of British Colombia confirmó hace escasas semanas algo de lo que hace ya muchos años el guayaquileño Sergio Cedeño, miembro de la Academia de Historia, lo aseguraba. El prestigioso centro descubrió en la Amazonía vestigios de cacao de hace más de 5.300 años.

Pero Cedeño, quien llevó a lo más alto al nuevo cacao ecuatoriano, el CCN 51, le da más antigüedad, “al menos 10.000 años”, el mismo tiempo en que pisaron tierra americana los primeros habitantes.

El cacao, que se exporta hace 400 años, no deja de hacer historia. El primer producto de exportación de la época colonial financió la Independencia de España. El dinero salió de los más grandes cacaoteros de 1800: Vicente Rocafuerte, José Joaquín de Olmedo y Martín Ycaza. Fue el mismo cacao el que revolucionó la historia económica al gestar la formación de la banca nacional. La tercera revolución: la creación del clon o gemelo CCN 51.

La Colección Castro Naranjal 51 es la que ha permitido a Ecuador en la última década pasar de 100 mil a 300 mil toneladas métricas de exportación y llegar al tercer lugar del mundo, solo después de Costa de Marfil y Ghana. “Podríamos llegar a 400.000 toneladas en tres años”, dice Cedeño.

El nuevo boom cacaotero ha traído hace escasos días a Barry Callebaut, con Roberto Molisson a la cabeza. Esta empresa, con sede en Zúrich, Suiza, es el principal fabricante mundial de productos de cacao.

Cargill, otra líder mundial del cacao, está formando un equipo con Ernesto Pazos y Daniel Iturralde, para abrir su línea del cacao en Ecuador para competir con Barry Callebaut.

Sergio Cedeño ha sido parte del desarrollo del CCN 51. Siempre cercano al creador de este clon (Homero Castro +), llevó a la variedad a crecer comercialmente y a lograr una fermentación óptima. En la finca de su abuelo aún conserva parte de las primeras 1.000 plantas que sembraron y que permitieron llegar hasta lo más alto. Hoy el CCN 51 representa el 70 % de las exportaciones (el 30 % el nacional).

“Nadie quería saber del cacao entre 1920 a 1930, cuando llegaron la escoba de bruja y la monilla y destruyeron al país económica, social y políticamente, ya que 70 % de los ingresos del Ecuador eran por cacao.

En la época no había ni banano, ni flores ni camarón”.

Hoy todas las multinacionales llegan al país por los rendimientos de más de dos toneladas de este cacao, cruzado con trinitario y amazónico.

En el país está también Olam Cocoa; Mars, que adquirió La Chola; Salpa, que compró dos haciendas de CCN 51 y otras que llegaron antes.

Wilson Montoya, experto en este producto, anota que el CCN 51 pasó a ser el más cultivado en Ecuador y gracias a ello llegan las más grandes empresas. Hay rendimiento de hasta 70 quintales por hectárea.

Para Cedeño y Montoya el cacao es una especie de ‘milagro ecuatoriano’, porque ha mejorado el nivel de vida del sector rural. Un productor de cacao de 7 hectáreas ya tiene una mejor casa, de cemento, y hasta carro, y sus hijos estudian en la universidad.

‘Mi abuelo, primero en sembrar’

Sergio Cedeño A. Gerente general / Agrícola Cañas

¿Cómo nació el cacao CCN 51 de Ecuador?

Homero Castro viajó por un título a Turrialba, Costa Rica, al Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas. Se gradúa como técnico de cacao en el año 52. Su tesis versa sobre la propagación del cacao asexual, por estacas enraizadas. Vino al Ecuador y fue empleado de los señores Encalada, en Naranjal, donde comenzó los cruces de variedades trinitarias con amazónicas.

¿En dónde comienza la siembra del clon a escala más comercial?

En 1965 logra crear el CCN 51, el árbol 51, el mejor de la progenie. Ya con unos 100 árboles le dice a mi abuelo quisiera sembrar unos 1.000 árboles de estos para verlos en campo; mi abuelo le dice que los ponga en la hacienda La Sofía, él le da espacio a Homero y los siembra en 1968. Luego sembró 10 hectáreas.

¿Inicialmente se decía que la calidad de la pepa no era buena?

En Aprocafa hicimos una investigación con Iniap y Corpei, que nos financió: buscamos un nuevo sistema de fermentación. Luego de años de estudios preparamos chocolate (en barra) en Tulicor, de Eduardo Márquez, y le hicimos probar al mejor catador del mundo Edce Seuine (ex de Mars), quien se sorprendió por la calidad.

FUENTE: DIARIO EXPRESO (EC)

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