Los líderes de la UE a 27 (todos menos la primera ministra británica) se reunirán este jueves en Bruselas para tratar de salvar el acuerdo del Brexit y la carrera política de Theresa May, todavía inquilina del número 10 de Downing Street.
Así lo ha señalado esta tarde Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, quien ha señalado en su cuenta de la red social Twitter que los líderes discutirán vías “para facilitar la ratificación” por parte del Reino Unido. Sin embargo, el líder de los lideres europeos ha trazado una línea roja que limita sensiblemente el margen de actuación: el tratado de salida no se va a reabrir.
El anuncio llega poco después de que May cancelase la votación en el parlamento británico del acuerdo de salida del Reino Unido pactado entre Londres y Bruselas. Estaba prevista para mañana y todo anticipaba una sonora y humillante derrota para la primera ministra.
Los 28 líderes de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE ya estaban convocados este jueves y viernes en Bruselas, pero ahora Tusk quiere una reunión especial de los 27, sin May, para analizar la situación.
El Tratado de divorcio no solo fija los principales parámetros de la salida británica (factura por los compromisos adquiridos, derechos de los expatriados o situación de la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte), sino que evita un Brexit caótico. El acuerdo contempla una fase de transición el próximo 29 de marzo, que podría prorrogarse hasta finales del 2022, en el que las relaciones económicas, comerciales y regulatorias entre ambos territorios seguiría prácticamente igual que están ahora.
Pero el texto no tiene una mayoría suficiente en el Parlamento del Reino Unido, cuyo voto es imprescindible para validarlo. Tanto los partidarios de permanecer en la UE como los más férreos defensores del Brexit, cada uno por motivos totalmente opuestos, coinciden en que no se trata de un buen acuerdo.
No está muy claro cuáles son las vías por las que los 27 podrían ayudar a completar el proceso de ratificación del Tratado, sobre todo si este no se puede reabrir. Como mucho, podría modificarse la declaración política que lo acompaña y que trata de enmarcar las negociaciones para la relación futura.
El problema es que dada la naturaleza política y no vinculante de esa declaración, cualquier cambio puede saber a poco a los diputados descontentos. Como mucho, lo único que se conseguiría es dar una excusa para que cambien de opinión aquellos que ahora mismo se oponen pero cuando le vean las orejas al lobo decidan que es mejor un mal acuerdo que un Bréxit caótico.
Justo hoy, la justicia se ha pronunciado sobre un asunto clave. Reino Unido aún podría revocar unilateralmente su decisión de abandonar la Unión Europea (UE), según una sentencia dictada hoy por el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE).
FUENTE: DIARIO LA REPÚBLICA (CO)