Quito – Paúl Granda, hombre de confianza de Lenín Moreno, ha ocupado al menos cuatro cargos importantes en menos de un año y ocho meses. Ha estado en el Ministerio de Transporte, Secretaría de la Política, Ministerio de Justicia, en donde dice, generó estrategias y políticas correctas. Y ahora tiene “un encargo muy complejo”, como él mismo lo califica: ser presidente del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social y del Biess.
¿Cuál es la directriz que le ha dado el presidente en el IESS?
La primera directriz es hacer una evaluación, que no es muy difícil, pues el análisis actuarialactualizado ya se va a entregar entre este mes y enero. Luego, hay que definir una estrategia para superar la situación económica. Paralelamente hacer que todos los servicios sean eficientes y que mejoren las condiciones de vida de los ecuatorianos, especialmente en atención médica.
La situación del IESS es difícil. ¿Cuáles son las opciones de financiamiento? El Estado ya ha colocado en el presupuesto $ 1.200 millones para empezar a pagar la deuda que se fue acumulando. Eso es una buena señal. Pero no es la única fuente.
¿Otra opción puede ser que el afiliado deba dar más dinero o jubilarse luego de más años de aporte?
Sí. Pero le digo otra cosa. Yo voy a apuntar mucho en el tema del esfuerzo que pueda hacer la institución. Ser más eficiente en compra de medicinas, en la administración de los hospitales, en el manejo de rendimientos de las inversiones. Para proyectar a la institución hay que mirarnos al ombligo, mirarnos hacia adentro primero.
¿Pero se van a tener que hacer o no ajustes en los aportes o en los años?
Veamos. Déjeme primero tener un diagnóstico, no quiero generar miedos, temores o aspiraciones mientras no sepamos la ruta.
¿Le exigirá a Moreno el pago de los $ 2.507 millones de Salud?
En este tema hubo la conformación de una comisión tripartita, hay que ponerla a funcionar.
Primero se debe definir el monto y luego un mecanismo de pago y plazos. Yo conozco las
limitaciones del Estado y eso me permite ser más pragmático. Hay recursos escasos, eso hay que
transparentar y delinear una hoja de ruta para que no quede en el limbo. No podemos ser
insensibles…
Usted estuvo en la cabeza del Ministerio de Justicia cuando huyó Fernando Alvarado, ¿qué pasó?
Aquí hubo una cadena de falencias institucionales. El fiscal recibe el 24 de agosto un
documento del procurador que le dice cámbiense las medidas cautelares. Luego, la jueza debía
haber tenido la sana crítica para evaluar si era o no una persona con riesgo de fuga. En el
Ministerio se dan 241 alertas que se reportan, hay un reglamento que define cómo actúa la
cadena. El caso Alvarado nos deja una enseñanza, no solo hay que actuar con celeridad, sino
prevenir. El señor Alvarado no toma solo la decisión de escapar. La afrenta que me molesta es
reírse de la institucionalidad, burlarse del país.
FUENTE DIARIO EL UNIVERSO (EC)