Con base en cifras de la Comisión Económica de América Latina (CEPAL) y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicados recientemente, es posible elaborar un análisis sobre el comportamiento de las balanzas comerciales de bienes, de los países que conforman la Alianza del Pacífico (AP) –Chile, Colombia, México y Perú.
En algunos casos se han exacerbado las condiciones de déficit y con ello se tiene un indicador de la vulnerabilidad económica externa que presenta un país. En otros casos, el ingreso por exportaciones genera superávit que puede transformarse en ser factor importante para el logro de un crecimiento y desarrollo económico de manera más sostenida.
En el caso de Chile, la estructura de sus exportaciones –que si bien es cierto no tienen en todas ellas mayor valor agregado sino que se basan en materias primas, como el cobre- la serie de datos de la balanza comercial de este país muestra números en positivo desde 2000, sin excepción. Para 2017, se reporta una balanza comercial de bienes con saldos favorables al país por 7,922 millones de dólares.
Esto le permite a Chile continuar con una senda de crecimiento esperanzadora. Es de recordar que los avances en la reducción de la pobreza, por parte del país austral son notables, teniendo en la actualidad un 13% de la población como pobres. Una cifra un tanto menor incluso que la de Estados Unidos, cuya tasa de pobreza se ha estancado o ha tendido a aumentar bajo la administración Trump.
En el caso de Colombia es notorio cómo la balanza comercial de bienes era positiva, pero a partir de 2014 se tienen imparablemente, números en déficit. Para 2017, las importaciones superaron a las exportaciones en 4,650 millones de dólares. En esto ha tenido un peso muy importante la caída tanto del precio del petróleo como del carbón.
Este tipo de exportaciones estaría pesando alrededor de un 70% en el portafolio de bienes exportables del país.
El caso de México, las cifras no son alentadoras, la balanza comercial se ha mantenido en déficit desde 2000, con la sola excepción de 2012. Para 2017, el déficit de la balanza comercial de este país llegaba a 10,989 millones de dólares. Nótese aquí como en general, en términos de los valores agregados, el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN, o NAFTA por sus siglas en inglés) no ha sido favorable para la nación azteca. Son algunos sectores como el automotriz, que se han beneficiado, pero los valores agregados no permiten una perspectiva de optimismo.
Para Perú, finalmente, las condiciones son favorables. Desde 2002, la balanza comercial tiene números de superávit, con la excepción de los registrados para 2014 y 2015. En 2017, el saldo positivo de esta balanza llegó a ser de 2,571 millones de dólares.
En la medida que la apertura comercial permita fortalecer sectores de ventaja competitiva, con valor agregado y que tienda a aumentar la demanda interna de los países, puede aspirarse a que el crecimiento económico y la competitividad de una nación sí puedan efectivamente, traducirse en desarrollo para la sociedad.
FUENTE: DIARIO PORTAFOLIO (CO)