La Asamblea de Gobernadores de los 48 países de la región (la máxima autoridad del BID) culminó ayer su reunión anual con una actualización a la baja del pronóstico de crecimiento económico que podría tener América Latina y el Caribe, pero también con el mensaje a los Gobiernos de la necesidad de reforzar sus políticas de consolidación fiscal, de inversión y acuerdos a largo plazo.
Trabajar en estos tres ejes, concluyeron, permitirá que los países de la región puedan capear los efectos de un menor crecimiento (que bajo la lupa del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, para este año ya no será de un 1,4 %, sino un 1,1 %), y las consecuencias de una pugna comercial entre
Estados Unidos y China, que sumada a una riesgosa caída internacional de acciones podría derivar en un nuevo shock económico, en el 2020. La preocupación de los gobernadores es que si todo lo anterior llegase a pasar, la región hoy no estaría lo suficientemente preparada, como sí lo estuvo en la crisis del 2007.
Eric Parrado, economista jefe del BID, señaló que la región hoy está en una situación más débil, “los espacios fiscales y la política monetaria se han reducido, y por lo tanto, no tenemos toda la resiliencia que deberíamos tener”. Eso, añadió, se observó al analizar las cuentas fiscales y las cuentas corrientes de cada país, relacionadas a un incremento de sus deudas. “Si bien la liquidez de reservas internacionales está en mejor posición que en el 2007, eso no alcanzaría para compensar las otras variables, sobre todo relacionadas con el ámbito fiscal”, dijo Parrado.
Sus declaraciones se hicieron en el marco de la presentación del Informe Macroeconómico de América Latina, en el que se orienta, eso sí, a cuidar la inversión de gasto de capital, a la hora de hacer una consolidación fiscal, y a empezar a ver a la inversión, también como una política para sostener el crecimiento a largo plazo. Si se compara la tasa de inversión de la región, con respecto al PIB, esta está entre un 11 y 12 %, muy por debajo de países de un Asia emergente, que hoy alcanzan el 25 %. El tema de productividad tampoco fue excluido. Está comprobado, dijo Parrado, que trabajar en esta política es clave para incrementar el ingreso per cápita, tal como lo han venido logrando países como Perú.
Sobre Ecuador
Evaluación
El BID destacó la “sustancial reducción” del déficit fiscal del país en el año 2018, en comparación con el 2017. “El Gobierno está siendo prudente en términos fiscales para que el gasto sea sostenible en el tiempo”, dijo Parrado. Los frutos de esa prudencia, dijo, se verán más adelante en términos de inversión y protección social.
Desafíos
En la reunión se comentó que la migración venezolana generará desafíos para Ecuador, en el corto plazo. Uno de ellos es que esta migración le significará un aumento en el gasto fiscal de alrededor del 0,5% del PIB por la provisión de servicios públicos en educación, salud, vivienda y seguridad.
FUENTE: DIARIO EXPRESO (EC)