Las delegaciones de China y Estados Unidos llevaron a cabo el miércoles en Shanghái sus primeros contactos en tres meses en las complejas negociaciones comerciales, marcadas por las nuevas críticas de Donald Trump a la política de Pekín.
Desde el año pasado, las dos potencias económicas están enfrentadas en una guerra comercial que se ha traducido en la aplicación de aranceles mutuos por valor de más de 360.000 millones de dólares de intercambios anuales.
Esta nueva ronda de negociaciones, la número 12, entre las dos primeras potencias económicas mundiales es la primera desde el fracaso del mes de mayo y fue relativamente breve.
Tras apenas cuatro horas de negociaciones a puerta cerrada el miércoles, las dos delegaciones posaron para una foto de familia y el representante estadounidense de Comercio, Robert Lighthizer, así como el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, se fueron al aeropuerto sin hacer ninguna declaración.
Tampoco hizo ninguna declaración el vice primer ministro chino Liu He, cercano al presidente Xi Jinping, que lideraba la delegación china.
La crisis comercial también llegó al dominio tecnológico, con la decisión de la administración estadounidense en mayo de poner al gigante tecnológico Huawei en una lista negra por razones de seguridad.
El martes, cuando las dos delegaciones en Shanghái iban a cenar, el presidente estadounidense volvió a atacar a China en Twitter.
«Mi equipo está negociando con ellos ahora pero [los Chinos] siempre acaban cambiando el trato en beneficio propio», escribió Trump.
Según él, China tenía que empezar a aumentar sus compras de productos agrícolas estadounidense pero «no hay señales de que lo estén haciendo».
«Ese es el problema con China, simplemente no cumplen. Nuestra economía se ha vuelto MUCHO más grande que la economía china en los últimos tres años», añadió Trump, cuyas declaraciones afectaron a la baja a los mercados.
«Signos de debilidad»
Tras esas declaraciones de Trump, la prensa china no tardó en reaccionar.
«Hacer comentarios poco constructivos en el momento de retomar las negociaciones comerciales (…) parece haberse convertido en una costumbre», escribió el miércoles en un editorial el Global Times, un periódico en inglés considerado como cercano al poder, destacando que «esta táctica no funciona».
«La melodía principal quedó perturbada de nuevo por el ruido de los tambores de algunos estadounidenses», escribió por su parte el Diario del Pueblo, sin mencionar explícitamente a Trump.
Con las nuevas críticas «el optimismo de los mercados sobre las negociaciones comerciales quedó severamente frustrado», apuntó Stephen Innes, un analista de la compañía de inversión Vanguard Markets.
Estos tuits reflejan la «impaciencia» de Trump para conseguir un acuerdo con China, dijo por su parte Shen Dingli, un profesor de Shanghái especialista de las relaciones internacionales, que los considera un «signo de debilidad».
Pocos días antes de retomar las negociaciones, Trump ya amenazó con denunciar el estatuto de país en desarrollo de los miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMS), una medida dirigida especialmente contra China.
El presidente estadounidense también dio a entender el viernes que Pekín podría alargar a propósito las negociaciones con las esperanza de que Trump pierda las elecciones presidenciales de 2020 y que haya un presidente más conciliador en cuestiones comerciales.
Según Derek Scissors, un experto en relaciones sino-estadounidenses del American Enterprise Institute, Trump «no puede permitirse políticamente decir ‘he llegado a un superacuerdo con China'». (I)
«Por eso no habrá probablemente ningún acuerdo antes de las elecciones», apunta. (I)
FUENTE: EL UNIVERSO