Durante la década pasada se produjo un notable distanciamiento del sector empresarial con el Gobierno Central en cuanto a inversiones dentro del territorio nacional, esto debido a ciertas políticas que en su momento representaban un riesgo para el capital de las grandes empresas.
El establecimiento de un marco jurídico que les favorezca y dé seguridad a sus inversiones, además de permitir la creación de políticas administrativas para maximizar sus ganancias, no fue posible debido a la rigidez laboral. Incluso hoy, este sigue siendo un impedimento y hace que los empresarios apuesten por otros mercados.
“En la medida que el Ecuador se ha tardado en hacer las reformas laborales, las empresas prefieren ir a países que tienen un mercado laboral más atractivo y competitivo, y que sobre todo, les generan ganancias”, comenta el sociólogo Marco Salamea.
Este no es el caso de la pequeña y mediana empresa, que por sus condiciones económicas hacen sus inversiones en el mercado nacional. Sin embargo, para las grandes empresas, la presencia de mano de obra barata es quizá su principal incentivo, puesto que mientras más bajo es el salario, más alta es la ganancia y el incremento del capital puede ser asegurado. Esta es la razón por la que elijen a países vecinos como Perú y Colombia, por ejemplo, para hacer sus inversiones.
Para Eduardo Ruilova, analista económico y vicepresidente del Partido Socialista Ecuatoriano (PSE) en el Azuay, la denominada “fuga de capitales” es también una forma de presión que se hace al Gobierno Nacional para que establezca políticas inclinadas hacia sus intereses.
“Los empresarios han restringido poner el dinero en sus industrias porque lo que quieren es, como una especie de chantaje hacia el presidente Lenin Moreno, que acepte las condiciones totales del Fondo Monetario Internacional”, asegura.
A decir de Ruilova, la carta de intención enviada por Moreno responde al beneficio de las grandes empresas debido a que busca un nuevo Código Laboral, la privatización de todas las empresas públicas, imponer el dinero electrónico, reducir y cambiar las jornadas de trabajo.
Por su parte, Andrés Robalino, director ejecutivo de la Cámara de Industrias, Producción y Empleo (CIPEM) indicó que la recesión económica es la principal razón para que los empresarios fijen sus capitales en otros países, más allá de la serie de problemas que involucta la parte legal, la rigidez laboral, la alta tramitología, las limitantes en infraestructura vial y aeroportuaria en Cuenca y la no aprobación para fijar zonas industriales.
“Si todos analizamos que en el país se está consumiendo menos, no resulta lógico invertir para ampliar la fábrica en base a una demanda que se está reduciendo. Hay que tomar medidas más fuertes en la reducción del gasto público pero también medidas más frontales para reactivar al sector productivo”, sostiene. (LCH)-(I)
FUENTE: EL MERCURIO