Wuhan, el interconectado enclave industrial de China central azotado por el coronavirus

La Organización Mundial de la Salud declaró que el coronavirus era «una emergencia de salud pública de interés internacional», pero no recomendó ninguna restricción al comercio o al turismo. Para Xeneta, las restricciones al turismo son comprensibles, no así para el comercio, ya que la ciudad de Wuhan, foco de la epidemia, está en el interior, a 830 km de Shanghái, tal vez, demasiado lejos en el interior para afectar a los envíos de exportación y a las tarifas de contenedores.

De acuerdo a la consultora el mundo está respondiendo con la cuarentena de China: doce aerolíneas internacionales han detenido o restringido severamente los vuelos de entrada a China, mientras que los gobiernos de los principales socios comerciales de China han enviado aviones para evacuar a sus ciudadanos.

Todo muy grave, sin duda, pero. de acuerdo a la publicación, cabe preguntar ¿por qué deberían verse afectadas las tarifas de contenedores? Según Xeneta, el problema es que el virus, como se sabe, es contagioso y los síntomas tardan unas dos semanas en aparecer, y China está mucho más interconectada en todas las facetas de la economía mundial actual de lo que la gente cree.

Wuhan, es la capital de la provincia de Hubei, centro de transporte, logística y economía de China central; el puerto Yangluo del río Yangtsé de Wuhan moviliza cerca de 1,5 millones de TEUs anualmente.

La provincia de Hubei es la Detroit de China; hogar de Dongfeng Motors, Chang’an Motorbikes, Ford, Groupe PSA, Nissan, Renault, Honda, GM-SAIC.

Además, residen en ella grandes compañías como Microsoft, IKEA, Biersdorf, y SAP, junto con fabricantes de dispositivos médicos y desechables.

Wuhan es el epicentro de las franjas económicas del río Yangtze y del ferrocarril Beijing-Guangzhou. El YREB es una base industrial de 2,05 millones de kilómetros cuadrados que va desde Sichuan, Guizhou, Yunnan y Chongqing río arriba, Hubei, Hunan y Jiangxi en el centro, y Anhui, Jiangsu, Zhejiang y Shanghai hasta el mar, mientras que el BGREB va de norte a sur.

Típicamente la carga se transporta por carretera, ferrocarril y río hasta Wuhan, se consolida y luego se envía a Shanghaái, el mayor puerto de contenedores del mundo. Sin embargo, desde Splash informaron el viernes 31 de enero que los puertos chinos se están deteniendo y que «la falta de estibadores y camioneros está ralentizando los tiempos de entrega de los buques», mientras los contenedores se apilan en los patios de almacenamiento.

De acuerdo a Xeneta, el catalizador de la parálisis comercial es que unos cinco millones de ciudadanos de Wuhan dejaron la ciudad antes de la cuarentena para estar con sus familias para el Año Nuevo Chino. Cada uno de estos cinco millones de potenciales portadores del coronavirus afectan potencialmente a millones de familiares-amigos-extraños en Hubei y las provincias circundantes.

En ese contexto el efecto de un estornudo de un pasajero en un tren de pasajeros atascado en el CNY puede afectar geométricamente a trabajadores de fábricas, camioneros, ferroviarios y otros, lo que probablemente ocurrió, ya que se reportan unos 1.900 nuevos casos diariamente. Ya se ha extendido a Shanghái y Beijing, que el sábado (1 de febrero) reportaron unos 200 casos cada uno.

De este modo, sin trabajadores, sin contenedores apilados, sin carga de reserva siendo fabricada y/o en tránsito, la población de las provincias de la franja del Río Yangtze unas 582 millones de personas- están a merced de un virus parecido a la gripe con un tiempo de incubación de 2 semanas.

Si el contagio continúa, aparecerán lagunas en la cadena de suministro de piezas de automóviles, electrónica, artículos de cuero, alimentos procesados, bebidas y otras exportaciones de las franjas económicas del río Yangtsé y Beijing-Guangzhou. Pero ¿Cómo responden ante esto las navieras? ¿Continúan los itinerarios en blanco? o ¿simplemente se cancelan?

Si bien los cargamentos que actualmente están varados en China serán recogidos cuando los trabajadores regresen, su fecha de retorno está claramente en duda. Aunque las tarifas históricamente bajan después del Año Nuevo Chino, esta caída será probablemente más precipitada ya que las navieras que miran los buques medio llenos utilizarán las tarifas para atraer cualquier volumen disponible en los puertos, marcando un comienzo para nada auspicioso de este 2020.

FUENTE: MUNDO MARITIMO

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