La organización que reúne a los productores de papas en Bélgica exhorta a salvar de la destrucción 750.000 toneladas de papas que no han encontrado plato debido a la falta de consumo en restaurantes y festivales. La solución: comer el doble de papas fritas.
Es la nueva divisa patriótica del Reino de Bélgica en tiempos de coronavirus: “¡Papas fritas, papas fritas, papas fritas!”. La consigna fue lanzada el pasado fin de semana por la organización Belgapom, que reúne a los productores y procesadores de papas.
Según Belgapom, podrían verse obligados a destruir 750.000 toneladas de papas, el colosal sobrante debido a la pandemia de coronavirus, que ha llevado a cerrar bares, restaurantes, comedores escolares, así como a cancelar festivales y otro tipo de eventos donde la papa frita belga siempre dice presente.
Para evitar que los tubérculos terminen en la basura, Belgapom tiene una receta. “Comamos todos papas fritas dos veces por semana en vez de una sola vez”, instó el secretario general de la organización, Romain Cools.
Otra manera de canalizar la ingente cantidad de papas sobrantes es donarlas. Belgapom ya ha anunciado la entrega de 25 toneladas cada semana a los bancos de alimentos.
“De esta manera, parte del stock de papas se utilizará y podremos evitar la pérdida de excelentes productos, por los que nuestros agricultores han trabajado tanto”, aseguró la Ministra de Agricultura flamenca Hilde Crevits al Brussels Times.
Bélgica y el coronavirus
A pesar de tener sólo 11 millones de habitantes, Bélgica ha reportado más muertes por Covid-19 que China: más de 7 mil. Con unas 57 muertes por cada 100.000 habitantes, tiene la tasa de mortalidad per cápita más alta del mundo, casi cuatro veces la de los Estados Unidos.
Según las autoridades belgas, la razón de estas espeluznantes cifras no son los hospitales saturados -el 43% de las camas de cuidados intensivos estaban vacías incluso en el punto álgido de la crisis- sino el rigor burocrático del país.
A diferencia de muchos otros países, la sede de las instituciones más importantes de la Unión Europea cuenta las muertes en las residencias de ancianos, incluso si no hubo una infección confirmada.
“A menudo recibimos críticas, ‘oh, estás haciendo quedar mal a Bélgica’, pensamos que es lo contrario”, dijo Steven Van Gucht, jefe de la división de enfermedades virales del instituto de salud pública Sciensano, mientras mantenía la distancia requerida de 1,5 metros (5 pies). “Si quieres comparar nuestras cifras con las de muchos otros países, básicamente tienes que reducirlas a la mitad”.
FUENTE: INFOBAE