El cambio paulatino en el semáforo, en el marco de la emergencia por la pandemia del covid-19, ha permitido que de a poco los negocios se reactiven y se inserten en lo que hasta ahora conocemos como la «nueva normalidad». Pero, en muchos casos, el aislamiento ha dejado grietas bastante amplias en las finanzas de los negocios, sobre todo de aquellos que viven de las ventas del día a día.
En ese sentido y ante el nuevo escenario que plantea la pos pandemia, es importante revisar nuevamente la estructura del negocio y su presupuesto, con el objetivo de establecer nuevas metas y garantizar, por sobre todas las cosas, su continuidad y funcionalidad durante los meses que vienen. Belén Luzón, Jefe de Negocios de Cooperativa Andalucía, comenta que el primer paso debe ser revisar el grado de afectación de la empresa y, en base a eso, establecer nuevas estrategias que permitan recuperar, en el tiempo, la salud de la finanzas del negocio.
Con este panorama claro, los microempresarios podrán tomar decisiones acertadas para garantizar la existencia de sus negocios. Según la experta, las microempresas que han sufrido mayor afectación son las que se dedican a actividades de servicios como restaurantes, gimnasios, operadoras de turismo, bares, discotecas, entre otras.
Respecto a los ingresos de las microempresas, las estimaciones son que han disminuido entre un 50% y un 100%, en los casos más extremos. De ahí que es importante hacer hincapié en cómo este sector de la economía puede recuperarse y reinsertarse en el mercado.
El impacto principal que ha tenido este sector está relacionado con el decrecimiento de la demanda.
Esto ha generado una disminución en ventas, limitaciones de acceso a insumos, reducción de mano de obra, limitación de acceso a financiamiento. «Esto, sumado a que muchos procesos productivos no pueden hacerse de manera remota han impactado en la contracción de los ingresos de los microempresarios», asegura Luzón. Para la reactivación, la experta recomienda en primer lugar conocer la realidad financiera de la compañía y el flujo de caja, lo que permitirá identificar cuál es la situación financiera real de la empresa. Como parte de este ejercicio, es necesario revisar los compromisos y obligaciones que se mantiene con proveedores, colaboradores, entidades financieras, y verificar los gastos innecesarios para optimizar inversiones que contribuyan realmente a la reactivación del negocio. De igual manera, se debe conocer cuál es el flujo de caja o liquidez que tiene la empresa para retomar el dinamismo, planificar de manera adecuada sus pagos y analizar otras alternativas en caso de que este monto no sea suficiente.
El segundo paso es elaborar un presupuesto, es decir revisar los costos y gastos operacionales, cuáles se puede optimizar, mejorar o reemplazar, y generar previsiones ante posibles escenarios críticos como la creación de un fondo de emergencia. Luego de organizar el presupuesto del negocio, es necesario también considerar los siguientes rubros: a.
Proyección de cobros y pagos futuros por lo menos por 3 meses. b. Reducción de costos, especialmente los financieros, tratando en la medida de lo posible de no afectar al recurso humano. c. Rotación de inventario: creación de ofertas, nuevas formas de pago, descuentos y facilidades de entrega de los productos. El tercer paso, según Luzón, es negociar acuerdos de pago con proveedores y, a su vez, identificar un producto financiero que pudiera impactar positivamente en el negocio y que ayude a mantenerlo a flote durante la emergencia. Desarrollar un plan estratégico es la cuarta recomendación. Dado que nos enfrentamos a una nueva realidad, es importante que las microempresas desarrollen una planificación estratégica para determinar cuál es su objetivo, a dónde quieren llegar, cómo se encuentra el mercado y qué oportunidades se pueden aprovechar en el nuevo escenario, cómo cautivar a los clientes de una forma más creativa e innovadora, cuál es la rentabilidad esperada, qué recursos se deben utilizar para lograr los nuevos objetivos y cómo se medirán las metas a mediano y largo plazo. El quinto punto es innovar e invertir en la digitalización del negocio.
«Esto, que antes parecía un plus para incrementar la productividad y generar nuevas ventas, hoy es un requisito para que los negocios sobrevivan», asegura la experta de Cooperativa Andalucía. Ventas online, entregas a domicilio, políticas de cambio y devolución, alianzas comerciales y adopción de canales de pago digitales deben ser considerados en la nueva planeación estratégica que realicen los microempresarios para lo que queda del 2020. Otra de las recomendaciones es buscar oportunidades de financiamiento para impulsar su reactivación. Toda vez que se ha elaborado la planificación y se tiene una mayor claridad sobre las necesidades actuales del negocio. Es muy importante que los microempresarios analicen las diferentes alternativas que ofrece el sistema financiero, requisitos, tasas de interés, plazos y condiciones generales del crédito. Además, pueden solicitar toda la asesoría necesaria para despejar sus dudas y dar este paso de manera correcta. Todo esto a fin de definir la verdadera capacidad de pago y, de esta forma, el crédito sea de ayuda efectiva y no juegue en contra.
FUENTE: DIARIO EL TELÉGRAFO (EC)