Un presupuesto de $20 millones invertirá el Ministerio de Energía y Recursos Naturales no Renovables para obras emergentes y de mitigación frente al fenómeno de erosión regresiva que continúa avanzando con fuerza en el sector del río Coca.
El avance de la erosión ha puesto en peligro todo un circuito de infraestructura estratégica, que incluye al Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) y al Oleoducto de Crudos Pesados (OCP), así como al poliducto Shushufindi-Quito, la carretera Lago Agrio-Quito y la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair.
Por ello, el miércoles pasado, el ministro de Energía, René Ortiz; el gerente de Celec EP, Gonzalo Uquillas Vallejo; y la viceministra de Hidrocarburos (e), María Elisa Soledispa, anunciaron la construcción de obras emergentes para disminuir la velocidad del caudal de agua del río Coca, mitigar el fenómeno de erosión regresiva «y así proteger la infraestructura estratégica que existen en el sector de San Rafael, límite provincial entre Sucumbíos y Napo».
Las obras, dijo el ministerio, costarían $20 millones y se ejecutarían en dos fases. En la primera, se han realizado ya consultorías para los estudios de la hidromorfología del río Coca y desde el 15 de julio se ejecutarán las obras emergentes, que consisten en la construcción de rampas de enrocado y ampliación del cauce del río, que permitirán disminuir la velocidad del caudal de agua y, de esa forma, mitigar el fenómeno de erosión regresiva. Los trabajos durarán 90 días.
La segunda fase se iniciará en agosto con la contratación del diseño de las obras definitivas y su ejecución arrancará en octubre del 2020. Estas consistirán en la construcción de puntos de control artificiales o puntos resistentes, mediante pantallas de inyección o pilotaje y se ejecutará en 240 días.
Las decisiones se tomaron tras recibir dos de los tres informes técnicos contratados con Celec EP. De los últimos recorridos que se han hecho en el sector, se conoce que ha habido un avance de la erosión de al menos 420 metros.
Petroecuador inicia construcción de tercera variante en menos de seis meses
Por otra parte, a fin de prevenir una posible afectación a la infraestructura petrolera existente en la zona, técnicos de EP Petroecuador iniciaron este 9 de julio la construcción de una nueva variante de la tubería del SOTE. Al momento, se cumplen labores de instalación de un sistema de obturación de la tubería a ser cambiada, lo que permitirá contener y evacuar 1000 barriles de crudo a través de cuatro tanqueros y de esta manera evitar una afectación ambiental.
Se trata de la tercera variante en menos de seis meses. La primera debió construirse cuando la erosión regresiva produjo la rotura de los tres ductos que se ubican en la zona: SOTE y poliducto Shushufindi-Quito (pertenecientes a la empresa pública) y el OCP. La segunda se hizo 1,5 kilómetros aguas arriba de ese punto. Ahora se deberá construir la tercera con una extensión de 786 metros, en un punto intermedio en el extremo suroriente del sector conocido como El Chicharrón, al borde de la vía E-45. Se tiene previsto que estos trabajos se realicen en 15 días.
La nueva variante estará distante entre 250 y 400 metros del límite del río Quijos (alto Coca), lo que permitirá prevenir posibles daños a la infraestructura del SOTE debido al avance de la erosión regresiva, dijo el ministerio.
Petroecuador cuenta con los insumos necesarios para realizar estos trabajos, como tubos suficientes para construir este nuevo trazado del oleoducto, con un diámetro de 26 pulgadas API 5LX60 de acuerdo con el diseño original del SOTE.
La petrolera pública coordinará también las operaciones necesarias para no afectar el suministro de crudo a las refinerías, así como tampoco a las ventanas de exportación de crudo. (I)
FUENTE: EL UNIVERSO