El bono público genera intereses semestrales

El Ejecutivo prevé pagar sus obligaciones pendientes a proveedores con títulos valores. Según expertos, estos no serán tan fáciles de venderlos.

El Ejecutivo emitirá $ 500 millones en bonos del Estado para cumplir obligaciones vencidas con instituciones públicas y privadas, incluyendo a proveedores de entidades que forman parte del Presupuesto General del Estado. El 73% de estos atrasos son con el sector privado. Solo a proveedores se adeudan $ 490 millones: $ 190 millones correspondiente a 2019 y $ 300 millones en lo que va de 2020.

Fabián Carrillo, viceministro de Economía y Finanzas, aseguró el martes 21 de julio de 2020 que el Ejecutivo plantea dos modalidades de pago para cumplir con estas obligaciones.

Una opción es que el proveedor reciba los valores pendientes y los invierta en bonos del Estado y/o Certificados de Tesorería (Cetes) o aceptar los valores pendientes directamente con estos títulos valores públicos. Los bonos tendrán plazos de vencimiento de 3, 5, 7 y 10 años, con tasas de interés semestrales entre 4,5% y 6,7%.

José Aguilar, subgerente de Operaciones de la Bolsa de Valores de Guayaquil, explica que estos bonos y Cetes son títulos desmaterializados, es decir, no se emiten de forma física. De ahí que, para adquirirlos en el mercado de valores o recibirlos como forma de pago del Estado, es necesario abrir una subcuenta en el Banco Central del Ecuador para poder registrarlos.

La apertura de la subcuenta, así como la negociación de los títulos, sea compra o venta, se hace a través de una casa de valores; esta, como intermediaria, cobra una comisión que es de libre negociación entre las partes.

Aguilar detalla que el proveedor que reciba el pago del Estado e invierta inmediatamente en títulos debe instruir a la casa de valores, mediante una orden de negociación, las características y condiciones financieras de los papeles a adquirir.

Con los bonos gana intereses y al vencer el plazo obtiene el capital, mientras que con los Cetes, se puede comprarlos con descuentos y al concluir el plazo, que no es mayor a un año, obtiene el 100% del valor nominal del documento, explica Aguilar. “Se pasa de tener una obligación contractual con el Estado a tener una inversión”.

El mismo beneficio tendrían los proveedores que recibieron los bonos del Estado como forma de pago. La diferencia es que los Cetes no generan intereses, pero al tener un plazo más corto son más fáciles de vender que los bonos y así se puede obtener liquidez más rápido.

Según Ramiro Crespo, presidente ejecutivo de Analytica Securities Casa de Valores, actualmente hay un problema de liquidez que hace que no sea muy fácil vender los bonos del Estado en las bolsas de valores. Todo depende de sus características para ver cuán líquidos pueden o no ser.

Crespo explica que mientras el plazo sea más largo es más difícil negociarlos porque hay más riesgo, pues muchas cosas pueden pasar en esos años. Los compradores piden un rendimiento alto para adquirirlos, por lo que el descuento en el precio es mayor al comercializarlos.

Los Cetes son mucho más negociables porque el plazo de vencimiento es más corto, explica Crespo. Sin embargo, al no generar intereses se los vende con descuento para que el comprador gane un rendimiento cuando se cumpla el plazo.

Según María Isabel Caicedo, quien lidera el área de Corretaje de Analytica Securities, actualmente hay una oferta alta de bonos del Estado en el mercado, lo que hace que los rendimientos tiendan a subir y los precios tiendan a bajar.

Detalla que con los bonos del Estado que hay en el mercado, con los que se pagó a proveedores, el rendimiento solicitado por los compradores ha sido de hasta 10,75% sin importar los años plazo. “Llega un punto en el que hay tanta oferta en el mercado que con tal de vender los bonos el plazo, que debería ser un condicionamiento para la venta, ya no importa”, dice Caicedo. El precio está a la voluntad del comprador.

Aclara que la oferta de los nuevos títulos será diferente a los actuales y eso repercutirá en rendimientos y precios en el mercado. (I)

Fuente: Diario El Telegrafo.

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