Los mejores puertos del mundo están hoy entrelazados con las zonas francas, y ellos mismos son zonas francas o zonas francas especiales (un ejemplo de ello es la bahía de Cartagena). En efecto, desde la inserción de China en el comercio internacional, sus principales ciudades exportadoras están anexas a los puertos más grandes del mundo, entre ellos: Shanghái, Tianjin y Yangshan.

Estas nuevas zonas francas y zonas económicas especiales integradas con los puertos, permiten crear espacios neutros para que las materias primas y bienes intermedios circulen de un país a otro y se transformen, libres de trámites e impuestos, en manufacturas finales para su posterior logística internacional.

Hay varios ejemplos de integración de puertos y zonas francas. El más grande del mundo es el de Jabel Ali, en Dubái, con una zona franca anexa de 3.000 hectáreas. Otro importante es el de Shanghái, que tiene como vecina a la zona franca de Waigaoqiao (de 1.000 hectáreas).

En América Latina contamos con la zona económica especial ribereña sobre el Amazonas, la de Manaos, que tiene una producción superior a los 4.000 millones de dólares al año; y en el Caribe se encuentra la integración del puerto de Caucedo (República Dominicana), que es zona franca junto a los 60 parques de zonas francas de ese país.

En mayo del año pasado se llevó a cabo en Cartagena la Tercera Cumbre Mundial de Zonas Francas. En esta quedó claro que los puertos que hoy triunfan son aquellos que tienen el régimen de zona franca porque les da una ventaja para importar, libres de impuestos, sus equipos, grúas y portacontenedores.

Mejor aún si los puertos están integrados a zonas francas vecinas, porque así extienden a los usuarios el régimen de bodegas de almacenamiento o la producción de bienes para los mercados internacionales.

Desde hace tiempo, y de manera acertada, Colombia permitió que sus puertos fueran declarados zonas francas, es así como los más importantes del país, entre ellos la Sociedad Portuaria Regional de Cartagena y Contecar, gozan de este beneficio. Es un ejemplo que quiere seguir en la región.

México declarado el año pasado como zonas económicas especiales a los diez estados del sur del país donde están los grandes puertos como Lázaro Cárdenas, Salina Cruz y Coatzacoalcos; y planea realizar un corredor bioceánico de 300 kilómetros con grandes centros para logística y transformación.

Colombia, dentro del marco de la Alianza del Pacífico (que conforma junto al país azteca, Chile y Perú), no puede quedarse atrás, y tiene el reto de duplicar sus exportaciones, que se han disminuido como consecuencia de la baja del sector minero energético. Pero dentro de esta nueva dinámica entre puertos y zonas francas encontrará la solución para crear productos vinculados a cadenas globales de valor.

FUENTE: Mascontainer.com (Ch)