Maersk busca recuperar US$6 millones más los costos como trader de commodity, tras el presunto suministro de fueloil contaminado en Panamá como parte de una operación de suministro de combustible a principios de 2018, reporta Bunkerspot.
El caso contra Glencore, que se ha presentado en un Tribunal de Distrito de Estados Unidos en el Distrito Sur de New Year, ha sido presentado por Maersk Oil Trading y Maersk Line AS (ahora conocido como Maersk AS).
La demanda por daños y perjuicios se centra en el suministro de 24.000 barriles de combustible RMK 700 entre MOT y Glencore en Balboa, Panamá. El combustible fue entregado a MOT Panamá por Glencore desde la terminal de tanques PATSA y por la barcaza fletada por Maersk, «Kollum», que posteriormente suministró el combustible a los buques «Sofie Maersk» y al «Maersk Aras».
Los documentos judiciales señalan que: las partes no participaron en ninguna discusión durante la negociación del acuerdo de canje o en el recuento de correo electrónico con respecto a la cuestión de si Glencore (o Maersk) sería en última instancia responsable de cualquier daño consecuente sufrido por Maersk en caso de incumplimiento.
Específicamente, nunca se acordó que Glencore no sería responsable de ningún daño consecuente sufrido por Maersk ni que Maersk no sería responsable de ningún daño consecuente sufrido por Glencore como parte del «swap».
El «Maersk Aras» comenzó a quemar el combustible el 15 de febrero de 2018, y sufrió un fallo completo del motor dos días después, el 17 de febrero. El buque tuvo que desviarse a Manzanillo, México, donde tuvo que tomar 1.100 barriles adicionales de combustible de reemplazo para poder seguir navegando.
El «Sofie Maersk» comenzó a quemar el combustible el 1 de marzo y se dice que experimentó casi inmediatamente problemas con la bomba de combustible el 2 de marzo, seguidos de un fallo del motor principal el 4 de marzo mientras estaba navegando en medio del Océano Pacífico.
Como consecuencia del fallo del motor principal, el «Sofie Maersk» tuvo que ser remolcado como buque muerto a Honolulu, Hawai, para su reparación y el suministro de 2.100 toneladas de fuel de sustitución.
Los análisis del bunker suministrado a ambos buques, realizados por VPS en Houston, Singapur y el Reino Unido, habrían demostrado que estaba fuera de las especificaciones y que contenía «numerosos contaminantes como plástico, fibras, goma negra, parafinas, ácidos grasos y otros componentes no permitidos para los búnkeres y que violan la norma de calidad RMK 700 acordada por la ISO», señalan los documentos judiciales.
Un gran número de buques experimentó problemas de funcionamiento en 2018 después de tomar HSFO en los puertos estadounidenses del Golfo. Los problemas se extendieron posteriormente al suministro de combustible en otros puertos, como Panamá y Singapur.
FUENTE: MUNDO MARITIMO (CL)