Las líneas navieras que infrinjan las normas de la cadena de suministro en los abarrotados puertos estadounidenses podrían ser sancionadas, según una importante reguladora marítima de Washington que está presionando al fragmentado sector del transporte de bienes para que trabaje más estrechamente para solucionar los cuellos de botella sin precedentes que se presentan en los puertos de EE.UU., según reporta Bloomberg.
Se trata de Rebecca Dye, miembro de la Comisión Marítima Federal (FMC, por sus siglas en inglés), quien está dirigiendo una investigación sobre el flujo de importaciones y exportaciones, tan afectado por la pandemia. Inicialmente pensó que las sacudidas del comercio mundial del año pasado serían una repetición de la recuperación de la crisis financiera de 2010, pero indicó que «rápidamente nos dimos cuenta de que no era el caso».
Ahora, los puertos estadounidenses están desbordados por la demanda, lo que ha provocado un aumento de los costos de transporte y ha complicado la logística de empresas. Los embotellamientos también han aumentado las tensiones dentro de la propia industria del transporte marítimo, entre las líneas navieras y los camioneros, ferrocarriles, minoristas y otros vinculados a esos servicios.
La investigación de Dye se centra en la práctica utilizada por algunas compañías navieras y operadores de terminales portuarias de cobrar tarifas por la recepción tardía y devolución de contenedores. Aunque la FMC anunció el año pasado una serie de normas que restringen las llamadas penalizaciones por detención y demurrage durante los periodos de congestión, Dye dijo que no se han cumplido de forma generalizada.
Aplicación de las normas
«Ahora estamos recogiendo algunos ejemplo, los consolidaré y tendré una conversación con mis colegas, y si tuviera que decir ahora mismo, diría que creo que deberíamos avanzar hacia el cumplimiento de las normas», dijo Dye. «Sé que algunas líneas navieras, algunas terminales que están haciendo todo lo posible para cumplir, pero estoy muy preocupada – no hay un amplio cumplimiento de la norma».
La FMC cuenta con otros cuatro miembros y una oficina de ejecución que persigue las violaciones de las leyes de transporte marítimo del país, administra las sanciones civiles, como las multas, y negocia los acuerdos.
Mientras la revisión de Dye continúa, los recargos de los fletes se han convertido en un síntoma de una fricción más amplia en el transporte marítimo mundial. Grupos como la Harbor Trucking Association, que representa a los conductores que transportan contenedores en los puertos de Los Ángeles y Long Beach, se han quejado de la falta de voluntad de algunas líneas navieras de colaborar para aliviar las tensiones de la cadena de suministro.
Dye, que forma parte de la FMC desde 2002, ha dicho que comprende estos problemas y que está intentando que todas las partes se comuniquen más.
FUENTE: MUNDO MARITIMO (CL)