on los nueve episodios ya estrenados y una temporada finalizada, ‘WandaVision’ abrió la Fase Cuatro de Marvel Studios a un montón de posibilidades que se seguirán explorando. Para arrancar la fase cuatro del su Universo Cinematográfico, Marvel Studios apostó por la televisión. En realidad fueron las circunstancias las que motivaron esta aproximación. Porque si no existía la pandemia, el punto de inicio post Avengers: Endgame habría sido Black Widow, el filme de Cate Shortland, sobre el personaje que interpreta Scarlett Johansson, y que no se ha podido estrenar todavía.
WandaVision se creó para ser transmitido a través de la señal de Disney+.
Y se la dividió en nueve episodios, que en un poco más de ocho horas cuenta una historia que define el camino que seguirá el MCU en adelante. Un camino de magia, de multiversos, de poderes que antes no se habían visto en pantalla. Pero, lo más interesante es cómo Marvel Studios apuesta por una historia en la que una mujer pasa por todo un proceso de luto, hasta llegar a alguna comprensión de quién es ella, lo que es el dolor y por qué toma la decisión que toma. Wanda Maximoff -el personaje que interpreta Elizabeth Olsen- se transforma definitivamente en la Scarlet Witch -la Bruja Escarlata, como en los comics- y eso va a traer serias consecuencias en todo lo que sucederá a continuación.
La experiencia narrativa de estar al borde Si un personaje ha sufrido dentro del MCU en exceso es el de Wanda Maximoff. Primero, sus padres murieron en un bombardeo en plena guerra civil en la ficticia Sokovia. Luego su hermano gemelo -Pietro, interpretado por Aaron Taylor Johnson en Avengers: Age of Ultron– es asesinado y, finalmente, en Avengers: Infinity War, Thanos mata a su pareja, Vision, arrancándole la Gema de la mente.
Para los espectadores, entre los acontecimientos de la penúltima Avengers a lo que pasa en WandaVision, hay muchos años en medio. A nivel diegético, dentro de la historia, para Wanda han pasado solo un par de semanas.
Y con un ‘storytelling’ revolucionario -la forma de contar la historia-, la serie que comandaron la escritora Jac Schaeffer y el director Mark Shakman llegó y generó la tensión necesaria en fanáticos de Marvel. Porque una miniserie que empezó de una manera extraña -durante los tres primeros episodios se sabía que algo pasaba, pero no realmente qué-, no dejó de lado lo raro y encontró una manera de subvertir mecanismos narrativos.
Esto enfocándose en Wanda. En su dolor y en su pena. Porque, en un arrebato de poder impresionante, ella consiguió armar una realidad paralela dentro en una ciudad pequeña, llamada Westview. Y en esa vida alterna, el tiempo transcurrió como si se tratara de series de comedia de la televisión de Estados Unidos.
FUENTE: PRIMICIAS (EC)