“Para nuestro gobierno será un honor contar con el liderazgo y la preparación de la doctora Ximena Garzón, que no solo posee un Ph. D. en salud pública, sino amplísimos estudios en epidemiología. Con su experiencia afrontaremos el reto de vacunar a nueve millones de ecuatorianos en los 100 primeros días de gobierno”, con esas palabras el presidente electo, Guillermo Lasso, describió, el pasado lunes, el primer gran objetivo de Garzón como la ministra de Salud Pública de su gabinete.
Lasso recalcó que esa meta es prioritaria, ya que permitirá a Ecuador salir de la pesadilla mortal que ha sido la pandemia y, además, significará el inicio del ansiado despegue económico, promesa incumplida a través de la historia por los diferentes presidentes.
Garzón, en ese mismo evento, asumió la responsabilidad y aseguró que concretarían el objetivo: “Esos 9 millones de personas vacunadas en cien días lo vamos a lograr”.
La experta, con un extenso currículum profesional, tiene la misión de reestructurar el plan de vacunación del Gobierno saliente que ha recibido fuertes críticas. Desde la llegada de las primeras dosis, en enero de este año, hasta el desarrollo actual de la fase 1 la aplicación de las vacunas ha levantado polémica.
Incluso el presidente Lenín Moreno aceptó que el plan solo estaba en “la cabeza” de uno de sus exministros. El actual régimen ha aplicado algo más de 765.000 dosis en cuatro meses.
Por eso, el reto para Garzón no solo incluye vacunar de forma masiva y rápida, sino borrar de la memoria de los ecuatorianos los malos tratos, la confusión, las horas de espera, las páginas de registro saturadas y revelar la lista de los vacunados VIP.
Lasso prometió todo el apoyo e incluso anunció la creación de la Unidad Coordinadora de Vacunación. El vicepresidente electo, Alfredo Borrero, también será pieza fundamental para lograr el objetivo, dijo Garzón.
En una entrevista para un medio digital, la futura secretaria de Estado aseguró que su característica como líder es la empatía y que siempre ha tratado a las personas como seres humanos, no como objetos, pero que no duda en ser estricta cuando se necesita.
“La doctora Garzón tiene ante ella, probablemente, el reto más grande y noble al que puede aspirar un médico: salvar el futuro de un país. Estamos seguros de que con su liderazgo lo vamos a lograr”, añadió Lasso.
En enero de este año, en su cuenta de Twitter, Garzón ya comentaba que se debían diseñar intervenciones y políticas de salud públicas inmediatas para evitar otro colapso del sistema de salud y mayor impacto socioeconómico.
Es que los actos de corrupción en el MSP incluso se dieron en el pico de la pandemia del año pasado. Mientras miles de ecuatorianos morían en las calles o en sus casas por el virus, se conocía de la compra de insumos médicos con sobreprecio en varios hospitales públicos y del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) a través de contratos de emergencia permitidos por el estado de excepción.
La Fiscalía General del Estado (FGE) investiga 157 casos de corrupción en el contexto de la pandemia. Una cifra que cambia regularmente por la aparición de nuevas denuncias. Además, hasta el 31 de diciembre de 2020 se abrieron 96 procesos por delitos contra la administración pública. Los hospitales de la Policía, del Guasmo Sur, de Machala, son algunos de los que se han visto salpicados por actos ilícitos.
También se deberá atender la actual escasez de medicinas como las vacunas para otras patologías que no sean COVID-19 y que se aplican a niños en todo el Ecuador. Además, se deberán analizar pedidos como el de la Sociedad Ecuatoriana de Cuidados Intensivos que solicita establecer una estrategia viable y efectiva que permita el aumento de las camas en las unidades de cuidados intensivos; y la falta de pago a proveedores externos como las clínicas de diálisis.
De allí que Garzón no solo tiene el reto de vacunar a un país, sino también de quitar de las garras de la corrupción a una de las instituciones más importantes del Estado y mejorar sus servicios.
FUENTE: EL UNIVERSO (EC)