Alexandra Mosquera La directora de la Cámara de Comercio Ecuador-México se refiere a los desafíos de los diálogos para el tratado con ese país.
El Gobierno nacional ha indicado que se esperan resultados positivos con relación a las negociaciones del acuerdo comercial entre Ecuador y México, para fines de este año. ¿Cuál es la situación de este proceso? La negociación con México es un proceso de tiempo atrás. En enero del 2020 se llevó a cabo la primera ronda de diálogos, en Quito. Estuvieron presentes empresarios y representantes del equipo negociador mexicano.
Se reunieron con sus pares ecuatorianos. Hubo un intercambio interesante, pero, lamentablemente, la pandemia complicó el desarrollo de una segunda ronda en México, que estaba prevista para marzo. ¿Qué pasó después? A partir de allí empezaron a seguir las negociaciones de manera virtual. Lamentablemente, en septiembre del 2020 los diálogos se detuvieron debido a una alerta que levantó México sobre el tema del artículo 422 de la Constitución, que tiene una redacción ambigua. Señala que los temas de mediación tienen que efectuarse en sedes latinoamericanas.
¿Qué tanto se ha avanzado en la negociación? Hasta donde conozco, para ese momento -cuando México presentó su alerta- ya se había avanzado bastante. ¿A qué etapa llegaron? Entiendo que había nueve mesas totalmente cerradas (género y comercio, pymes, asuntos institucionales, obstáculos técnicos al comercio, facilitación del comercio, compras públicas, servicios marítimos, excepciones generales y buenas prácticas regulatorias) y avance entre 60% a 90% en 12 (medidas sanitarias, fitosanitarias, comercio electrónico, telecomunicaciones, solución de controversias, servicios, régimen de competencia, servicios financieros, administración del acuerdo, preámbulo, disposiciones finales y definiciones).
¿Cuáles siguen abiertas? Acceso a mercados, inversiones, origen, propiedad intelectual y defensa comercial. ¿Se han realizado reuniones durante este año? Se conoce que a mediados de mayo se retomaron las conversaciones de seis mesas. También, que se está coordinando una nueva fecha para tratar sobre acceso a mercados, origen, propiedad intelectual y defensa comercial, junto a inversiones y financieros.
¿Qué ha propuesto Ecuador para destrabar el tema de mediaciones y poder continuar con la negociación? Una de las propuestas es incluir en el acuerdo que todo lo que tenga que ver con mediación y controversias se resuelva en un centro de arbitraje en la región, que pueda tener un convenio con el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi) o la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil (Cnudmi).
¿Esto se conversó durante la última visita del viceministro de Relaciones Exteriores de México, Maximiliano Reyes, quien vino a la posesión del presidente Guillermo Lasso? Cuando vino se reunió con el ministro de la Producción, Julio José Prado. Lo que hicieron fue hablar de cómo destrabar esa pieza problemática. México está planteando que se busque un mecanismo para resolver el tema.
El Gobierno ecuatoriano está buscando ese mecanismo. Tal vez pudiera ser con un nuevo -modelo- de tratado bilateral de inversiones (TBI). Una solución podría permitir que haya un avance en ese sentido. ¿Cuál ha sido la respuesta de México con relación a la propuesta de resolver controversias y realizar mediaciones en una instancia que cumpla con todas las reglas para aquello? Esa respuesta ha tardado. Pero con la visita de Reyes a Quito entendemos que el mensaje que dejó es que hay disposición de México para caminar hacia un mecanismo, que permita sortear el escollo que les preocupa.
De ser ese camino un nuevo modelo de TBI, ¿cuánto demoraría? Han pasado casi cinco años desde que se dieron de baja esos tratados y aún no se cuenta con un nuevo esquema de aplicación. Totalmente. Pero si el Gobierno actual se ha trazado como meta que en seis meses se defina el tema (la negociación), sumado a que hay pocas mesas por cerrar, se puede avanzar. En lo que están trabajando las autoridades es, precisamente, en encontrar un camino alterno. Hay dos vías: crear un nuevo modelo de TBI o, tal vez, hacer una consulta a la Corte Constitucional para que haga una interpretación del artículo 422. Pienso que tras las reuniones hay la voluntad de México para reactivar el proceso.
¿Existen otras ‘líneas rojas’ dentro de la negociación? Hay sectores sensibles, como en todas las negociaciones. Las partes han manifestado su interés porque se respeten ciertas asimetrías. En el caso de Ecuador, por ejemplo, en el ámbito de metalmecánica, cerámica, línea blanca, partes y piezas de vehículos. Ahí está el desafío del equipo negociador de manejar los temas, de modo que podamos contar con canastas de desgravación, plazos, cupos, entre otros detalles. ¿Por parte de México? Para ellos hay sensibilidades en los sectores de pesca y agrícola.
Ellos piensan que Ecuador es un país bastante desarrollado en esas dos áreas. Ellos nos ven hasta como una potencia, por estar especializados en esos dos ámbitos. Sin embargo, nosotros vemos a México como un país muy industrializado. De abrir totalmente los productos podría haber un impacto en el sector industrial de Ecuador, que no tiene el mismo nivel de desarrollo que el de ellos. Insisto, es el desafío del equipo negociador para este acuerdo. ¿Cómo ha trabajado el equipo negociador para resolver el tema de sensibilidades?
Sé que ha mantenido más de 30 reuniones con sectores empresariales ecuatorianos, para ir entendiendo a cada uno y hasta dónde pueden o no conceder. Esto revela la importancia de activar el denominado cuarto adjunto. ¿Cuál sería el objetivo? Algo parecido existió durante la negociación con la UE y lo hubo cuando se estuvo en el proceso del Tratado de Libre Comercio (TLC) con los EE.UU. Es un mecanismo de consulta inmediato. Habría que activarlo para que el sector empresarial pueda dar su opinión, cuando los negociadores estén trabajando en varias temáticas y darles un apoyo. El sector empresarial, en el cuarto adjunto, puede actuar como un aliado.
¿Qué oportunidades traerá el acuerdo en materia de inversiones para Ecuador? Las inversiones mexicanas han crecido en el país porque ellos encuentran oportunidades aquí (…) en alimentos van a seguir creciendo, pero también en el sector farmacéutico, de transportes, en comunicaciones… Buena parte de las inversiones mexicanas que llegan a Ecuador son del norte de ese país, de Monterrey. Los empresarios de esa zona han regado la idea que Ecuador tiene potencial.
FUENTE:LOS LIDERES (EC)