La mayor oferta de dorado, en los primeros meses de año, no repercute en las ventas externas.
Las condiciones oceanográficas y un mercado mucho más tímido con su demanda pasan factura a la industria pesquera ecuatoriana, que en la primera mitad del año ha visto reducir sus ingresos debido a menores exportaciones. Hasta junio, las ventas sumaron $ 893 millones, un 10 % menos si se compara con igual periodo del 2022.
Eso, en parte, por los menores envíos. Según cifras de la Cámara Nacional de Pesquería (CNP), en ese lapso las toneladas cayeron un 14 % por una merma en las capturas, originada por la migración de especies, debido a las altas temperaturas que anticipan el fenómeno de El Niño. Así lo indica Franklin Ormaza, experto oceanográfico que señala que en los primeros meses del año esas temperaturas en aguas ecuatoriales alcanzaron hasta los 28 grados, aunque desde julio han tendido a normalizarse.
Guillermo Morán, experto atunero, en cambio no deja de atribuir el problema al menor consumo de los principales socios del país. “Lo que se nos ha dicho es que en los últimos meses los mercados también han tendido a disminuir sus pedidos, sobre todo en Europa. Aún habría que ver las causas, si puede deberse a la competencia de otro producto que viene de Asia o alguna decisión de los propios comerciantes”. Esto también explicaría por qué las exportaciones de lomos y conservas de atún, el principal rubro de venta con 619 millones de dólares, han caído un 2 % en precio, tras un descenso del 10,6 % de las toneladas enviadas.
Pero si bien ha habido una afectación en la oferta estrella, el mayor golpe se lo lleva la pesca pelágica, es decir aquellos peces de menor tamaño, “que se muestran mucho más sensibles a los cambios drásticos del oceáno, lo que ha afectado la disponibilidad de recursos como la macarela, sardina, pinchagua”, plantea Jimmy Anastacio, asesor económico de la CNP.
Menos oferta de macarela se traduce en la caída del 33 % de las exportaciones del pescado congelado. En el caso de la sardina, su efecto incluso empieza a amenazar al mercado local. EXPRESO conoció que proveedores de supermercados han empezado a alertar sobre una posible escasez de sardina en las próximas semanas.
Pero Ormaza aclara que las condiciones del mar no han sido del todo negativas. Estas han incidido en la abundancia de otros recursos, como el chuhueco, un pez que constituye la principal materia prima de la harina de pescado, cuyas ventas hasta junio crecieron un 19,2 %. Lo mismo sucede con las capturas de camarón pomada. No obstante, apunta Anastacio, la mayor demanda no ha ido a la par de las compras, pues han tenido menos pedidos por una desaceleración del consumo externo y mayores inventarios en los canales de distribución.
Lo que queda de 2023 seguirá mostrándose turbulento para este mercado, que todavía espera los efectos de El Niño para finales de año. Aunque este fenómeno se muestre “moderado”, señala Ormaza, las temperaturas de 28 grados podrían repetirse en el mar y generar una caída parecida en las capturas y ventas del segundo semestre de este año.
TENDENCIAS DEL MERCADO
Socios claves. Estados Unidos y España son los principales consumidores de la pesca ecuatoriana, pero este año reflejan menores compras. Según las estadísticas de la Cámara Nacional de Pesquería, en EE. UU. las compras sumaron $ 188 millones y en España $156 millones, lo que representó una caída en los envíos del 19 y el 17 %, respectivamente.
¿Y el dorado? A inicios de año se dijo que las altas temperaturas del mar generarían una mayor oferta de dorado. Si bien su existencia ha sido notoria en los mercados internos, su repercusión no ha sido la misma en las exportaciones. Hasta junio el envío de toneladas de esta especie descendió un 37 %, lo que arrojó una caída de ingresos del -49,6 %.
Fuente: Diario EXPRESO