El 2023 sigue sumando desafíos para el gobierno entrante y los exportadores. Al combate al crimen organizado y la reactivación económica se han añadido, como mínimo, las soluciones a la crisis energética, la solvencia del IESS, el déficit fiscal del 2023 y las necesidades de financiamiento para el 2024.
Con estas presiones, el nuevo gobierno y los exportadores ecuatorianos tendrán que construir soluciones a los retos que plantean los competidores globales de las exportaciones ecuatorianas.
Este año las exportaciones están sufriendo embates en los dos frentes que determinan su poder competitivo: en el valor percibido y en el costo de entrega de ellas. Mientras, según varias fuentes, el 2024 parece traer crecimiento económico moderado y bajo para los países y regiones que son nuestros principales mercados: China (4,5 %, moderado para China), USA (1,8 %) y la Eurozona (0,9 %).
En cuanto a valor percibido y siendo primarios la mayoría de nuestros principales productos exportados, la percepción de valor está condicionada por oferta y demanda. Este año han caído los precios unitarios exportados, especialmente del petróleo y del camarón, respecto al 2022. Se exceptúan banano y cacao, entre los más representativos de nuestra oferta exportable. Los bananeros viven un mejor año que el pasado y los cacaoteros están pasando uno saludable, especialmente debido a la crisis de oferta africana. En todo caso, hasta Agosto del 2023 (según el Banco Central del Ecuador), las exportaciones ecuatorianas pasaron de $ 22,23 millones FOB para 20,98 millones de toneladas en el 2022 a $ 20,35 millones FOB para 20,78 millones de toneladas en el 2023. Una baja del 7,62 % en el valor. De lo visto de Agosto hasta ahora, es poco probable que este escenario cambie.
El costo unitario de lo exportado sufrió alzas. El aumento de costos de seguridad, el incremento de los costos de financiamiento, la reiterada falta de devolución de impuestos que se terminan exportando, la crisis energética, la retirada de subsidios al combustible para los camaroneros, el rezago tecnológico de la infraestructura petrolera pública, entre otras causas, aumentaron el costo unitario de lo exportado por Ecuador en el 2023.
Por tanto, es urgente revisar la estrategia competitiva de nuestros sectores exportadores. Según el caso, serán necesarias vías creativas para conservar poder de negociación sobre una oferta afectada en su valor percibido y triunfar ante competidores con menores costos relativos que los nuestros, mediante objetivos tales como: que dependamos más de nosotros que de la volatilidad de los productos primarios; que se generen estrategias para mayor productividad y valor percibido en cada cadena productiva; que se ejecuten los acuerdos comerciales con China y Corea del Sur para venderles más y mejor; que sepamos construir y posicionar marcas sectoriales en los mercados de mayor potencial; que se puedan dotar recursos especializados de producción a los exportadores más pequeños (financiamiento, tecnología, información de mercados, etc.).
A seguir creando ventaja, es el único camino que seguir.
Fuente: Cámara Marítima del Ecuador