[:es]Hace un año y medio, los bancos se lamentaban por la última disposición del entonces presidente Rafael Correa: debían traer al país los capitales que tenían en el exterior para aumentar el Fondo de Liquidez Doméstica y para empezar a entregar más créditos. La banca dudó de esa finalidad, pues ni las empresas ni las personas estaban dispuestas a endeudarse en plena crisis y no había dónde colocar los créditos. Más bien, creían que esos ahorros líquidos podían ser mal utilizados por el Banco Central para prestarle al Gobierno.
Hoy, el panorama se ha dado la vuelta y la banca se presenta como uno de los sectores en los que más rápido se ha manifestado los síntomas de recuperación. En el último año (comparando mayo de 2017 y mayo de 2018), las entidades financieras han colocado créditos a un ritmo de crecimiento del 22 % que suman, hasta mayo, más de 24.000 millones de dólares.
Lo preocupante es, según el expresidente de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador, César Robalino, que la salida de dinero de los bancos en forma de créditos ha crecido a un ritmo tres veces mayor que los fondos que han ido llegando a las entidades a través de los depósitos de los clientes. Es decir, sale más dinero del que entra en la banca y eso ha reducido el dinero líquido ahorrado.
Las cifras del sistema financiero reflejan que los depósitos a mayo de este año están en 27.400 millones de dólares y que han ido creciendo a un 7,8 % desde mayo de 2017. Es decir, casi tres veces más lento que los créditos.
Robalino cree que los bancos han acelerado la entrega de créditos para mejorar sus ganancias, su rentabilidad, pero ahora, de cara al último semestre, el exrepresentante del gremio advierte que deberían ser más prudentes y reducir ese ritmo acelerado al entregar los préstamos.
Julio José Prado, presidente de Asobanca, reconoce la tendencia al alza de los créditos y la desincronización con el crecimiento de los depósitos, pero da tres argumentos tranquilizadores. El primero, que la cifra de la cartera bruta ha crecido en el último año tres veces que la del dinero depositado en las cuentas en parte por el efecto Diners. La sociedad financiera pasó en julio del 2017 a ser un banco para cumplir con el Código Monetario y Financiero y al integrarse al sistema se inflaron las cifras de crédito entregado. Descontando a Diners, se ha entregado préstamos a un ritmo del 15 %, es decir, dos veces más que los depósitos.
Por otro lado, el hecho de que los bancos hayan logrado colocar más préstamos se debe a los estímulos aplicados a través de tasas de interés más bajas y mejores plazos. Sobre todo, en el segmento de crédito corporativo. Eso, dice Prado, es algo bueno porque las empresas han podido financiarse e invertir para crecer y las personas mejorar su consumo, sin que la banca haya deteriorado sus criterios a la hora de medir el riesgo en la concesión de préstamos.
Por último, él cree que la tendencia se corregirá en el segundo semestre cuando caiga la liquidez de la economía, como pasa cada fin de año porque las empresas y las personas tienen más gastos, y porque no se puede mantener ese ritmo de entregar tres veces más créditos que el dinero que entra en las cuentas de los depositantes. Entonces, la tasa de interés volverá a subir y se frenará el ritmo de concesión de préstamos.
FUENTE DIARIO EXPRESO (EC)[:]