[:es]Los empresarios que desde 2012 crearon sus compañías para dedicarse a esa prometedora actividad, actualmente consideran que no existen ni las condiciones ni las garantías necesarias para intentar revivir esa industria nacional. Entre 2012 y 2015 la industria de ensamblaje de teléfonos celulares en el país tuvo un vertiginoso y prometedor desarrollo.
Durante este corto período, las empresas ensambladoras invirtieron no menos de $ 20 millones y llegaron a copar el 43% del mercado nacional. El establecimiento de cupos para la importación de celulares, que permitía controlar el contrabando de estos productos, fue el principal motor que impulsó la creación de esta prometedora industria nacional.
Pero el retiro de esta medida a partir de 2015 lapidó al sector que generaba unas 2.000 plazas de empleo directo e indirecto, sin que haya habido preocupación por el anterior gobierno y el actual de reactivar a esta industria, la cual comercializaba un promedio de un millón de unidades al año. Para el Ministerio de Industr
ias y Productividad (Mipro), cuando se eliminaron los cupos para la importación de celulares en 2016, el Consejo de Comercio Exterior (Comex) amplió el margen de preferencia arancelaria para la actividad de ensamblaje de celulares del 12% al 14%. Sin embargo, ello no fue suficiente para mantener la actividad con la eliminación de cupos para los celulares importados.
La política de telecomunicaciones promueve la reducción de aranceles para los celulares, lo cual haría aún más difícil reactivar esta industria. Para Álex Flores, exvicepresidente de la Asociación de Ensambladores Electrónicos y Eléctricos del Ecuador (AEDE2), la debacle de la industria tuvo de fondo la presión en el anterior Gobierno de las grandes empresas transnacionales, como Claro y Telefónica.
“No hubo proteccionismo a la industria nacional sino favoritismo a las transnacionales, sobre la base del argumento de que el Gobierno no podía ir en contra de sus intereses. Al haber invertido para la aplicación de la tecnología 4G, la presión fue muy alta”, enfatizó el empresario.
Explicó que el régimen, en vez de incentivar la producción local -que empezó a presentar un alto desempeño, pese a que se empezaba a aumentar paulatinamente el cupo de importación- puso varias trabas, como la exigencia paulatina de una mayor incorporación de material originario ecuatoriano (MOE). Además del incumplimiento de las autoridades que en su momento ocuparon la cartera de Producción.
Carlos Mateus, country manager de Alcatel para Ecuador y Colombia, en una entrevista con EL TELÉGRAFO, comentó que la planta de producción levantada en Ecuador fue una de las que cerró. “Cuando cambia el concepto de cupos (de importación), es más eficiente traer desde el exterior. Como multinacional nos adaptamos al entorno del mercado y a las regulaciones del Estado”. Gabriel Garcés, quien ejerció la gerencia general de la empresa de Desarrollo y Manufacturas Electrónicas Ecuatorianas DME S.A., manifestó que, como empresario, se siente defraudado al constatar cómo el Gobierno les pidió a
las ensambladoras que confiaran en el país y las propias autoridades les dieron la espalda.
“Apostamos por este sector y cada seis meses nos cambiaron las reglas. Hubo cambio de porcentaje de integración, cambios arancelarios. La industria no requiere de proteccionismo, pero sí de incentivos”.
FUENTE: DIARIO EL TELÉGRAFO (EC)[:]