Un cóctel explosivo sacudió a la economía mundial. A los efectos globales del coronavirus, la caída de las bolsas y la baja en el precio de las materias primas, se sumó el lunes el desplome del petróleo.»El pánico está contagiando a todos los mercados», le dice a BBC Mundo Francisco Monaldi, experto en política energética latinoamericana y académico del Instituto Baker de la Universidad Rice, Estados Unidos.
Los precios del crudo cayeron hasta 30% -el mayor desplome en un día desde la Guerra del Golfo en 1991- luego que Arabia Saudita anunciara un aumento de su producción tras el colapso del acuerdo de recorte de bombeo de Rusia con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para estabilizar los mercados petroleros.
La desintegración de la OPEP+, el grupo compuesto por la OPEP, Rusia y otros países productores de petróleo, pone fin a más de tres años de cooperación en el mercado petrolero y marca el inicio de una «guerra de precios».
Tras el fracaso de las negociaciones, el quiebre de la alianza entre Riad y Moscú hizo que el crudo Brent cayera el lunes hasta US$31,5 por barril y el petróleo West Texas Intermediate (WTI) bajara a US$31,02.
El desplome petrolero se produjo en medio de la crisis global provocada por el coronavirus, que hundió la demanda de crudo y provocó la peor jornada desde la crisis financiera de 2008, bautizada como «lunes negro».
Sin embargo, este martes volvió la calma en medio del caos. Los mercados y el precio del petróleo se recuperaron.
Wall Street abrió sus operaciones con una subida de 3,5%, animada por el anuncio de medidas de estímulo económico por parte de la Casa Blanca, mientras que el petróleo subía 7%.
Este panorama ha hecho que los principales organismos internacionales y los bancos de inversión adviertan que el crecimiento global y regional será mucho menor que lo previsto antes del brote.
Y algunos analistas ya están hablando de una posible recesión.
¿Cómo afecta la caída del petróleo a la región?
Los países más afectados por el desplome petrolero en América Latina son Venezuela, Colombia y Ecuador, porque sus ingresos fiscales dependen directamente del valor de sus exportaciones de crudo.
En el caso de México es un golpe duro para la estatal Pemex -la petrolera más endeudada del mundo- y para los planes de inversión del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, aunque no tendría un efecto tan grave sobre las finanzas públicas, dado que el país ha diversificado sus fuentes de ingreso.
En otros países como Brasil y Argentina, que también son productores de petróleo, la caída del crudo no dañaría tanto las arcas fiscales, porque sus cuentas fiscales no dependen directamente del recurso.
Como contraparte, el resto de los países de la región que son importadores de petróleo, se verán beneficiados con los precios más bajos, una buena noticia en medio del caos financiero global por el coronavirus.
La pesadilla de Venezuela
Oficialmente más del 90% de las exportaciones venezolanas son petroleras, lo que teóricamente hace del crudo el principal ingreso del país.
«Las sanciones impuestas por Estados Unidos, la baja en la producción local y ahora la caída del precio en los mercados internacionales provocan una combinación letal para Venezuela», dice Monaldi.
Y como las arcas fiscales recibirán aún menos ingresos, el país tendrá más dificultades para pagar las deudas contraídas con China y Rusia.
«Ni siquiera le alcanzará para pagar los intereses», le dice a BBC Mundo Antonio de la Cruz, director ejecutivo del centro de estudios Inter-American Trends e investigador del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), con sede en Washington, DC.
Por otro lado, es poco probable que aumenten las inversiones en los campos que producen crudo extrapesado, dado que el costo de producción es muy alto.
En este escenario, el desplome del precio del petróleo provocará una merma significativa de ingresos.
Un golpe a la economía colombiana
Colombia queda en una difícil situación con el desplome petrolero porque el crudo se ha convertido en la principal fuente de ingreso de divisas del país en las últimas dos décadas. Y con la abrupta caída del peso colombiano este lunes, el panorama no es muy alentador.
«Casi la mitad de las exportaciones son derivados del petróleo. Por eso la caída del peso colombiano este lunes ha sido la más pronunciada de la región», dice el corresponsal de BBC Mundo en Colombia, Daniel Pardo.
«Esto se da en un momento complejo para el presidente, Iván Duque, cuya aprobación en las encuestas, de alrededor del 20%, se ha deteriorado en los últimos meses».
La economía colombiana fue de las que más creció el año pasado en América Latina debido a un boom de consumo que ahora, con el aumento del dólar y un posible brote inflacionario, puede estancarse.
Eso se añade al aumento del desempleo, que marcó un 12,8% en enero, y a que este año el Estado recibirá menos recaudación tras la aprobación de una polémica reforma tributaria impulsada por Duque.
«El presidente tendrá que ver por dónde recorta el gasto público o aumenta el ingreso fiscal para evitar que los déficit fiscal y comercial se pronuncien más de lo proyectado», explica Pardo.
El dilema de Ecuador
Así como ocurre en Colombia, el gobierno de Lenín Moreno en Ecuador se verá enfrentado a la disyuntiva de recortar el gasto público o endeudarse, comenta Antonio de la Cruz. Ecuador necesita aumentar la producción para generar más ingresos, la principal razón que llevó al país a retirarse de la OPEP.
Pero con la caída de los precios del crudo, el país queda en una situación muy compleja, puesto que debe honrar sus deudas con el Fondo Monetario Internacional, pero al mismo tiempo se arriesga a la inestabilidad política si recorta subsidios o programas sociales, como le ocurrió con las protestas del año pasado.
Una situación que puede repetirse también en el caso de los otros países exportadores de petróleo.
«Al final los gobernantes tendrán que decidir si se endeudan o ajustan», con las consecuencias políticas y económicas que la decisión implica.
Qué pasó durante el «lunes negro»
Las bolsas del mundo vivieron una histórica jornada que ha hecho temblar las finanzas globales. En Wall Street el índice Dow Jones cayó 7,8%, mientras que el S&P 500 se derrumbó un 7,6%, en la peor jornada bursátil desde la crisis financiera de 2008.
Tan caótico fue el día que la Bolsa de Nueva York tuvo que suspender sus transacciones por 15 minutos luego que el S&P cayera en picada.
Las mercados bursátiles europeos registraron desplomes similares.
La bolsa de Milán fue la más afectada, con una caída de 11,17%. Londres perdió 7,7%, París cedió 8,3%, Frankfurt cayó 7,94% y Madrid retrocedió 7,9%.
El golpe en América Latina
Mientras sigue propagándose el brote de coronavirus y en medio del desplome petrolero junto al «lunes negro» en las bolsas, el dólar se disparó.
Las principales monedas y mercados bursátiles de la región registraron fuertes pérdidas, siguiendo el descalabro global.
El peso mexicano, uno de los termómetros más fieles de la situación económica del país, retrocedió este lunes más de 8%, una de las mayores caídas diarias desde que hay registros, solo superada por las bajas en la crisis financiera de 2008 y 2009 y la victoria de Donald Trump.
El principal índice de la bolsa mexicana cayó casi 5%, mientras los ojos de los inversores están puestos en qué ocurrirá con la petrolera estatal Pemex.
En la Bolsa de Sao Paulo, el índice Ibovespa siguió la senda de Wall Street cuando tuvo que suspender por 30 minutos la actividad bursátil luego que cayera un 10% poco después de su apertura.
La petrolera estatal Petrobras lideró las caídas con un desplome que llegó a 20%. El dólar, que lleva meses subiendo frente al real, continuó en ascenso, llegando a cotizarse a 4,79 durante las primeras horas de la mañana.
Y el riesgo país brasileño escaló hasta niveles inéditos desde 2002, considerando que el gigante sudamericano tiene una elevada exposición la mercado chino.
En otros países, la Bolsa de Buenos Aires cayó en la apertura un 12%, aunque luego se recuperó en parte, marcando un descenso de 9% en una jornada con muy pocas operaciones.
La petrolera estatal YPF llegó a caer más de 23% y el riesgo país llegó a su mayor nivel desde 2005.
Las pérdidas bursátiles también fueron profundas en Colombia, con una baja de casi 9% en las primeras transacciones de la mañana, mientras que los efectos del lunes negro repercutieron especialmente en la moneda local.
El dólar rompió la barrera de los 3.800 pesos marcando un nuevo récord, situación que se repitió en Chile, donde la divisa estadounidense llegó a los 842 pesos chilenos.
FUENTE: BBC NEWS (EC)