Tras la jornada de descanso, los 169 kilómetros entre Pas de la Case y Saint-Gaudens ofrecen un terreno perfecto para escapadas, aunque es más improbable que se efectúen movimientos de cara a la clasificación general. La jornada comenzará rápida, porque los primeros kilómetros son en bajada, antes de afrontar el Col de Port y sus 11,4 kilómetros al 5,1 % de pendiente media, catalogado de segunda, y el Col de la Core, 13,1 kilómetros al 6,6 %, de primera.
La cima de este segundo, la dificultad más importante del día, está a 68 kilómetros de la llegada, en los que se incrusta otra subida de segunda y una de cuarta a 7 kilómetros para la meta. La victoria se dirimirá en el antiguo circuito automovilístico de Comminges tras ascender una cuesta de 500 metros con una pendiente del 7 %.
El esloveno Tadej Pogacar aseguró este lunes, durante la segunda jornada de descanso del Tour de Francia, que ha pasado a una táctica más defensiva porque un mal día le puede hacer perder todo lo ganado hasta ahora. “Cada día es diferente. Si tengo la ocasión de ganar tiempo a mis adversarios no me voy a privar. Pero basta con tener un mal día para que cualquier etapa sea complicada o decisiva”, señaló el líder de la carrera, que mantiene una renta de 5.18 sobre el colombiano Rigoberto Urán.
El esloveno señaló la dificultad que tendrán los dos finales en alto que hay en Pirineos y recordó que en el Ventoux ya tuvo problemas para seguir la rueda del danés Jonas Vigengaard, tercero de la general. “Me hizo ponerme al límite de mis capacidades. En los días siguientes tuve que mostrarme más defensivo y veremos qué pasa en Pirineos. Pero si tengo una oportunidad, la aprovecharé”, afirmó.
El esloveno aseguró que afronta bien la tercera semana, “cansado y tras unas cuantas noches sin dormir bien, a causa del calor”. Como ya sucediera en la primera jornada de descanso, la mayor parte de la conferencia de prensa con el líder se refirió a las sospechas que pesan sobre su rendimiento, algo que el esloveno de 22 años dijo comprender.
“Son preguntas incómodas porque la historia del ciclismo no ha sido de color de rosa, pero entiendo que la gente se plantee estas cosas”, señaló el defensor del título.
El esloveno aseguró que no ha trabajado una línea de defensa frente a estas preguntas y dijo que se limita a tratar de demostrar las cosas sobre la bicicleta. “A mí lo que me gusta es hacer ciclismo y acepto lo que sea por hacerlo”, afirmó. “Lo único que puedo hacer es responder con mi corazón y decir que vengo de una buena familia, que me educaron bien para no buscar atajos en la vida”, añadió.
Pese a esas sospechas, Pogacar se reafirmó en su decisión de no publicar sus datos de potencia, como le piden algunos medios para demostrar que no va dopado. “Si lo hago, eso puede influir en la táctica. Otros equipos pueden, por ejemplo, conocer mis límites en algunos terrenos”, subrayó.
FUENTE: EL COMERCIO (EC)