Alpha y el Massachusetts General Hospital desarrollaron una aplicación para tratar a quienes padecen un trastorno mental denominado trastorno dismórfico corporal
En el corazón de la pujante escena de startups de Barcelona, unas 70 personas trabajan en soluciones tecnológicas a problemas que afectan a miles de millones, como el alcoholismo y la falta de electricidad.
El elenco cuenta con emprendedores, especialistas y un artista visual, pero no está financiado por capital riesgo. Es la respuesta de la empresa de telefonía española Telefónica SA a X, el laboratorio de innovación de Alphabet Inc.
La iniciativa del antiguo monopolio, conocida como Alpha, forma parte del intento del presidente ejecutivo José María Álvarez por experimentar con líneas de negocios radicalmente nuevas, una obsesión singular en un sector cuyas derrotas ante los gigantes de la tecnología hacen que ahora la mayoría de las empresas de telecomunicaciones se atenga en gran parte a lo suyo.
Pablo Rodríguez, el máximo ejecutivo de la unidad y un físico que antes trabajó en Bell Labs, opina que en Alpha se escribirá el futuro de Telefónica. Y agrega que es un emprendimiento en el que aumentarán el nivel de ambición, donde harán cosas significativas.
Aplicaciones
Uno de esos ambiciosos proyectos podría estar cerca de generar una solución comercializable. Alpha y el Massachusetts General Hospital desarrollaron una aplicación para tratar a quienes padecen un trastorno mental denominado trastorno dismórfico corporal, que hace que la persona se obsesione por un aspecto de su cuerpo que percibe como un defecto.
La aplicación, llamada Perspectives, se está probando y se presentará a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos para que esta autorice su uso comercial.
Perspectives es la segunda aplicación de la división de atención médica de Alpha, dirigida por el neurólogo Oliver Harrison. La primera, creada para tratar el alcoholismo, se basa en una terapia médica llamada entrenamiento de la atención.
“Existe un desafío con las grandes ideas que están en el papel”, dice Harrison. “Ahora nos estamos concentrando en crear un canal, un servicio de atención al consumidor, que pueda ayudar a llevar esas herramientas a millones, decenas de millones, cientos de millones de personas”.
Intentos
Telefónica se esfuerza por fomentar una cultura más digital y emprendedora pese a ciertos tropiezos notables: una división llamada Telefónica Digital, revelada el día de la asamblea de inversores de la operadora en 2012, se archivó con discreción; una asociación con Mozilla Corp. para fabricar celulares con Firefox fracasó a menos de cuatro años de creada y un fondo de capital riesgo de US$1.150 millones para invertir globalmente en el sector de telecomunicaciones, anunciado en 2015, nunca levantó vuelo.
Otras iniciativas digitales son más difíciles de evaluar. Telefónica ha invertido cientos de millones desde que comenzó la década por medio de aceleradores de startups y fondos de capital riesgo, pero no divulga los retornos. Este año, lanzó un asistente de voz con inteligencia artificial, pero no divulgó detalles financieros.
Muchos intentos de las operadoras por competir con empresas de tecnología como Facebook Inc. y Apple Inc. en nuevas áreas de negocios se quedaron cortos, dice Víctor Font, máximo ejecutivo de la consultora Delta Partners. “A la industria de las telecomunicaciones le cuesta mucho competir en materia de innovación con los gigantes de la tecnología”, dice Font.
FUENTE: DIARIO LA REPÚBLICA (CO)