La factura electrónica garantiza un mejor acceso a capital para el ecosistema empresarial pyme de un país.
Cada vez es más común escuchar sobre facturación electrónica. Muchos países en latino américa e incluso Escandinavia la han implementado, pero ¿en qué consiste? Se trata de un nuevo marco normativo que exige a empresarios, comerciantes, y a ciertas personas naturales, entre otros, a emitir facturas digitales por computador, que viajan en “tiempo real” a la Dian, quien las aprueba para su emisión final al cliente final o “adquirente”.
De acuerdo con un estudio del TEC de Monterrey, en Estados Unidos el mecanismo se implementó por la presión misma del sector privado para modernizar la cadena de pagos, mientras que en latino américa –en países tales como México, Chile o Argentina—se implementó fundamentalmente para controlar la evasión fiscal. Desde finales de 2018 Colombia, apoyada en el Decreto 2242 de 2015, comenzó su puesta en marcha, que es de carácter obligatorio y se continuará dando gradualmente hasta finalizar en agosto del 2020, cuando se espera que cientos de miles de empresas en Colombia la utilicen para generar más de 6 millones de facturas electrónicas promedio al día.
Respecto a las ventajas, al implementar la facturación electrónica la evasión se disminuirá, pues cada factura electrónica se reporta al fisco digitalmente antes de poder ser expedida a un cliente, haciendo casi imposible, por lo tanto, alterar luego los datos de ésta. De igual manera, el control de lo facturado por parte del fisco será más fácil, pues los reportes estarán consignados en el medio digital, permitiendo un control masivo de lo debido –por IVA y otros impuestos—a la Dian, a través de algoritmos por computador.
Loggro, un software de facturación electrónica en la nube que ayuda a las pyme a organizarse y crecer, construido por PSL, una compañía con más de 30 años de experiencia en el desarrollo de aplicaciones de gestión empresarial, comparte los cinco beneficios que tiene la implementación de la factura electrónica, además del ya mencionado control tributario que garantiza.
Un primer beneficio reside en la disminución de los costos directos de utilizar papel para facturar. Estos incluyen las múltiples copias utilizadas por las empresas para llevar un control en archivo de lo facturado, lo mismo que los costos de tinta de impresión y, sobre todo, del espacio requerido para almacenar facturas en papel por el periodo de múltiples años que exige la Dian. Con la factura electrónica completamente implementada, estos costos prácticamente desaparecen, de tal modo que hacen posible la emisión, envío y almacenamiento de la factura digital como medio perfectamente válido y legal.
Un segundo beneficio identificado por Loggro es que la factura electrónica incentiva y permite mejorar y agilizar los procesos de sistematización e innovación de las empresas. Por un lado, la factura electrónica requiere de algún tipo de software para poderse operar, por lo que aun las empresas más pequeñas debe implementar un sistema de gestión empresarial para facturar, el cual muchas veces también redunda en beneficios indirectos como acceder por primera vez a operar un software de inventarios y cartera.
Un tercer beneficio relevante radica en que la facturación electrónica fuerza a la pyme al montaje de un proceso formal de facturación. Esto permite estandarizar los procesos en compañías pequeñas, lo que a su vez facilita la escalabilidad de las empresas en crecimiento y –al mejorar el control de la información—evita robos y mejora la capacidad de decisión del empresario.
Un cuarto beneficio reside en las ventajas que la factura electrónica trae para el tejido empresarial de un país. Según el consultor Bruno Bosch, estudioso del tema, una factura electrónica es pagada de 2 a 5,4 veces más rápido que una factura en papel por varias razones. Por ejemplo, la factura electrónica no se “queda pegada” en un escritorio, no se traspapela, genera una fecha clara de recibo, automáticamente dispara un ciclo de pago en los sistemas de la empresa que la recibe, etc. Al acelerar el ciclo de pago, se acelera el ciclo económico y se mejora la liquidez de las pequeñas empresas.
Por último, como quinto beneficio, la factura electrónica garantiza un mejor acceso a capital para el ecosistema empresarial pyme de un país. En Colombia, como en la mayoría de los países de Latinoamérica, es común negociar facturas con terceros (operación de factoring) para acelerar su ciclo de pago o pedir al deudor de una factura que acelere el pago de ésta en un menor tiempo a cambio de un descuento (operación de “confirming”). Debido a que la factura electrónica es un título valor completamente válido y con el mismo peso legal que una factura en papel, el documento electrónico puede venderse o pagarse con menor costo operativo y en mercados electrónicos que pueden atender clientes más pequeños.
Herramientas como Loggro permiten su implementación rápida y sencilla, para lo cual es suficiente contar con una subscripción a internet, pues los precios van desde $60.000 pesos mensuales. Así que lo invitamos a que revise cuándo le toca a usted haciendo click aquí. Explore Loggro, ¡e implemente la facturación electrónica para su empresa sin complicaciones!
FUENTE: LA REPUBLICA COLOMBIA