[:es]No ha sido una buena semana para Argentina. Ayer, el peso se desplomó a mínimos históricos a pesar de la intervención del Banco Central de Argentina (BCRA), que salió a vender US$1.000 millones.
Con este bajón, el peso acumula un retroceso del 25% en lo que va del año.
Para Francisco Cabrera, ministro de Producción del gobierno de Mauricio Macri, la fuerte depreciación del peso en las últimas semanas es fruto del incremento en los tipos de interés en Estados Unidos, y “en pocos días sería historia”.
Gabriel Holand, director de HR Global Consultores Financieros, coincide en apuntar que el dólar no solo se ha fortalecido frente al peso argentino, sino también frente a otras monedas de América Latina, pero recuerda que la caída de la divisa argentina ha sido mucho más drástica y que el impacto es mayor por su alto nivel de dolarización.
“En Brasil, la gente no corre a comprar dólares. Nuestro refugio de valor, por otro lado, es comprar los dólares y meterlos bajo el colchón”
Además, Holand sostiene que existe un factor propio en la caída del peso: la incertidumbre sobre el futuro de las finanzas argentinas. Su déficit fiscal, por ejemplo, asciende a cerca del 10% de su PBI.
En tanto, el haber relajado sus metas de inflación en diciembre pasado restó credibilidad al banco central, que ahora trata de recuperarla con sorpresivas y abruptas subidas de su tasa de referencia, que ya alcanza el 40%.
Finalmente, el último tramo de eliminación de subsidios a tarifas de servicios públicos encontró resistencias no solo en la oposición peronistas, sino entre algunos miembros del bloque de Macri en el Congreso, lo que generó dudas sobre la continuidad de sus reformas.
RELACIONES CONTROVERSIALES
El martes, con el panorama complicado, Macri optó por pedir ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI), entidad controversial en Argentina, pues se le asocia con la crisis económica del 2001, en particular con los ajustes fiscales y la devaluación que la acompañaron. El propio FMI reconoció en el 2004 haber cometido errores en el diagnóstico y en las recomendaciones de política que dio a Argentina.
“El FMI es una mala palabra aquí. Pero en este contexto, recurrir a él es el único camino”, precisa Holand.
El economista de la Universidad del Pacífico Eduardo Morón añade que si Argentina no cierra un apoyo financiero del fondo, el tipo de cambio se elevaría drásticamente y los problemas inflacionarios se volverían incontrolables.
“Confío en que Argentina podrá salir adelante, pero ello dependerá de que superen el reto de no gastar tanto. Tienen esta mala costumbre, creo yo, de entregar demasiados recursos en ayuda social donde no corresponde”, opina Morón.
El economista Pablo Secada, por su parte, también sostiene que esta ayuda permitirá que el país salga adelante y confía en que el FMI no cometerá los errores del pasado. No obstante, critica que las medidas previas de Macri no hayan sido lo suficientemente drásticas.
“Macri no tuvo el espacio político para hacer un ajuste más radical. Lo que deben de hacer ahora es demostrar que su política macro es creíble”, comenta.
Macri también necesita una dosis de suerte. El impacto de una grave sequía en la producción agrícola del país llevó ayer al FMI a recortar su previsión de crecimiento para Argentina este año, de 2,5% a 2%.
FUENTE: DIARIO EL COMERCIO (PE)[:]