Con un pasado en el fútbol femenino, la lanzadora ecuatoriana ahora demuestra sushabilidades en el lanzamiento de martillo. Actualmente entrena en Portugal.
La atleta ecuatoriana Valeria Chiliquinga se inmiscuyó en el mudo del deporte eesde temprana edad. Sus primeros pasos los dio como delantera de un equipo en su natal El Chaco (provincia de Napo).
Por su habilidad y capacidad goleadora la empezaron a conocer como “Messi” y todos los clubes se peleaban por contar con sus servicios, rememora. Tiempo después el lanzamiento de martillo ganó la pulseada sobre los botines.
El salto al atletismo lo dio por influencia del entrenador Raúl Barreiro. El adiestrador cubano-ecuatoriano vio mucho potencial en la tricolor, quien tiene como máximo sueño clasificar a los Juegos Olímpicos Tokio 2020, que se cumplirán el próximo año.
Barreiro fue quien la hizo decidirse por el lanzamiento. “Él fue el culpable de que esté hoy yo aquí y hubiese sido otra cosa si no fuera por él”, rememora la deportista desde Vila Nova de Cerveira (Portugal), donde cumple un campamento de entrenamiento, el cual se extendió por el coronavirus.
Al pensar en lo que habría sido de no conocer esa sensación de ver al martillo volar y caer lo más lejos posible, considera que ahora sería una de las goleadoras de la SuperLiga Femenina ecuatoriana, por su pasado en el rey de los deportes.
Aunque no se ve en otra cosa. “Mi destino era ser lanzadora de martillo y en ese deporte he conseguido grandes alegrías personales y para el país”, dijo Chiliquinga, quien por el momento vive en un hotel de Vila Nova y realiza sus entrenamientos en su domicilio y también en un centro deportivo cercano.
La récord nacional de la disciplina, con 67 metros y 32 centímetros, reconoció que la medalla de bronce lograda en los Juegos Sudamericanos de 2018, desarrollados en Cochabamba (Bolivia), con 63m11c, fue el punto de quiebre para continuar con su carrera.
Antes de los Juegos le decían que ya estaba vieja, tenía 27 años, así mismo en la Federación provincial la querían sacar, pero por insistencia de Barreiro y el cubano-ecuatoriano Ramón Breto, la hicieron declinar de retirarse del deporte.
En 2018 decidió despedirse de la actividad participando en el Grand Prix Richard Boroto, que se realiza en Cuenca (Ecuador), pero la marca de 62m la clasificó a los Sudamericanos y ahí se puso en manos de Breto.
Los resultados de esa preparación se vieron reflejados con la presea de bronce. “Nadie me consideraba para ganar una medalla, por eso es el mejor resultado de mi carrera”, confesó la lanzadora, quien el año pasado consiguió el quinto lugar en los Panamericanos de Lima (Perú).
Actualmente se entrena en Vila Nova en casa con ejercicios básicos de su disciplina y también tiene la posibilidad de ir casi a diario a un centro deportivo.
A Portugal arribó el 4 de febrero pasado para realizar un concentrado hasta el 7 de abril, fecha en la que debía volver a Ecuador para participar en el campeonato nacional; pero por la emergencia sanitaria ya no pudo regresar y el torneo se suspendió.
El objetivo máximo que tiene la deportista es acceder a la olimpiada de Tokio 2020, que se desarrollará del 23 de julio al 8 de agosto del próximo año. (I)
Fuente: DIario el Telegrafo (EC)