[:es]Quito.- Al menos diez tipos de obligaciones que van desde las preventas petroleras, hasta una deuda flotante y pasivos corrientes en el sector energético, son parte del abanico de montos por pagar que tiene el país y que suman $ 10.132 millones.
Este rubro extra (por fuera de la deuda interna y externa) se visibilizó en mayo pasado cuando Richard Martínez asumió el Ministerio de Economía y Finanzas. Antes habían estado sin el registro respectivo.
Pero ¿cuál es el origen de estas deudas y cuáles pesan más en las cuentas fiscales? Hay un grupo importante de las obligaciones relacionadas con el sector petrolero; representan el 56,5% del total y tienen que ver con preventas petroleras, pasivos de Petroamazonas, deudas de la Secretaría de Hidrocarburos, entre otros.
Para el exministro de Energía, Fernando Santos Alvite, el problema es que el ingreso petrolero no está yendo a la industria sino al gasto corriente y de esta manera, el sector petrolero “está viviendo al fío”, dice.
Para el experto , esto es perjudicial para la industria que en cualquier momento podría colapsar: “Hay que cuidar la gallina de los huevos de oro”.
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Recordó que el desequilibrio se dio por la baja del precio del crudo, ya que en el gobierno anterior se estimaron tarifas con un precio de $ 100 por barril sin tomar previsión en caso de que bajara de precio.
Agrega que la situación para el actual régimen no es fácil, pues el petróleo va a bajar más ante un posible acuerdo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y los países que no son parte de subir la producción.
Santos también ve “insólito” que aunque el país ya esté debiendo solo $ 586 millones por las ventas anticipadas aún haya petróleo comprometido.
Opina que es positiva la negociación que hizo el ministro de Hidrocarburos, Carlos Pérez García, pero que se debería pedir una mayor liberación de crudo o que se lo dé por el valor de lo que se debe y no más.
También hay una deuda por $ 2.114 millones de Cetes que son papeles emitidos por el Tesoro (Finanzas) a menos de un año plazo. Según Mauricio Pozo, exministro de Finanzas, estos documentos podrían estar en manos de instituciones públicas, algunos municipios e incluso entidades privadas.
Sin embargo, el problema surge cuando estos papeles se los sigue renovando y ya se convierten en deudas a más largo plazo sin posibilidad de reducción. En el gobierno anterior hubo una importante deuda en Cetes que se colocaron al Banco Central del Ecuador (BCE). Luego se convirtieron en bonos de deuda interna y parte de ello se pagó con acciones de entidades públicas.
En el portafolio de obligaciones también consta una “deuda flotante” por $ 1.307 millones que es lo que se debe a proveedores no petroleros.
Pozo explica que esta deuda siempre existió, pero no en esas dimensiones. “En mi tiempo, la deuda flotante o bola llegaba a $ 200 o $ 250 millones”, dice.
Para Jaime Carrera, secretario del Observatorio de la Política Fiscal (OPF), podría incluso ser mayor debido a que se conoce que en varios casos no se permiten hacer las facturas para que no crezca.
FUENTE DIARIO EL UNIVERSO (EC)[:]