En el último trimestre de este año Ecuador se embarcará, por primera vez, en el mercado internacional de bonos verdes. Banco
Pichincha, la mayor entidad financiera del país, estrenará el mecanismo con una emisión local con la que espera conseguir
hasta $ 200 millones. ¿La finalidad? Impulsar su línea de créditos ambientales y apoyar proyectos de energía renovable, de
eficiencia energética, construcción y transporte sostenibles.
Los bonos verdes vieron la luz en el 2008, cuando el Banco Mundial anunció la herramienta, creando con ello una nueva forma
de conectar el financiamiento de los inversionistas con proyectos sobre el clima. Desde entonces su uso ha venido cobrando
popularidad hasta alcanzar en el 2018 más de $ 180.000 millones a nivel global.
Un bono verde, explica Paul McEvoy, gerente general de la Bolsa de Valores de Quito (BVQ), es un título valor que por su
estructura (renta fija) se parece a una obligación o titularización y puede ser emitido en bolsas por pequeñas o grandes
empresas que buscan fondos con el fin de apalancar proyectos que cuiden el medio ambiente. La diferencia que tienen frente a
estos otros títulos es que deben contar con una certificación que avale dicho objetivo.
McEvoy explica que en el país existen casas de valores que están ya preparadas para estructurar una emisión de bonos verdes,
una modalidad que impone varios requisitos a las empresas, como ser un buen sujeto de crédito para alistarse en bolsa, tener
ciertas prácticas de Gobierno Corporativo y gozar de un balance sólido o adecuado que le dé al inversionista la seguridad de
que por sus recursos recibirá un buen pago.
Alejandro Ribadeneira, vicepresidente ejecutivo de Banco Pichincha, explica que la emisión que preparan se hará bajo
estándares del IFC, la banca de inversión que tiene el Banco Mundial, y los Principios de Bonos Verdes 2018 (Green Bond
Principales). Ribadeneira menciona que este bono es un paso más para alcanzar los objetivos del Modelo de Gestión Sostenible
que el banco se viene imponiendo desde el 2014.
¿Pero cuánta probabilidad hay de hallar a inversionistas interesados? McEvoy explica que el nivel de interés es cada vez más
alto y sobre todo viene de organismos internacionales como el BID (Banco Interamericano de Desarrollo), el Banco Mundial y
otros multilaterales que están dispuestos a invertir a mediano y largo plazo. Pero más allá de eso, explica, se debe
entender que este es un mecanismo al que todo inversionista puede acceder, incluso el nacional. Para invertir no hay montos
límites.
Diego Castro, vicepresidente de Mercapital, casa de valores que desde este año viene orientando a empresas de Quito y
Guayaquil interesadas en el tema, señala que el tiempo de colocación de los bonos en el mercado y la búsqueda de inversores
dependerán mucho de la calificación de riesgo del proyecto y del monto de recursos al que se aspire. “Los montos muy
elevados pueden tomar más tiempo que montos pequeños”. Depende de las características de su plazo y rendimiento.
Su tasa podría llegar a ser atractiva, si se toman en cuenta los niveles a los que llega la colocación de bonos
tradicionales. En el mercado bursátil, dice Castro, un emisor, dependiendo de la calificación de riesgo, está colocando su
producto probablemente entre un 7 % y 9,5 % promedio.
Que esta nueva posibilidad de financiamiento crezca y llegue a tener éxito en el país, sostiene Ribadeneira, depende ya del
compromiso y la apuesta del sector privado por seguir generando soluciones sostenibles. También del apoyo que den el Estado
y los organismos de control para seguir alineando el marco regulatorio a estándares internacionales. Simplificar procesos y
reducir potenciales costos impositivos, añade, “también sería un paso importante para atraer más inversión verde al
mercado”.
Una alternativa
Ayuda para la empresa pública
Si bien este mecanismo a nivel internacional es mayormente utilizado por empresas privadas, también representa una
oportunidad de financiamiento para las compañías estatales o municipios.
“El primer bono verde de Chile lo generó el gobierno, y tuvo mucha demanda”, dice Diego Castro, vicepresidente de
Mercapital, quien sostiene que la misma estrategia puede aplicarse acá.
En eso coincide Paul McEvoy, gerente de la BVQ. “Un municipio podría tener un proyecto de recolección de basura, eso ya
podría ayudar al medio ambiente; un proyecto de generación de energía no basada en carbono; un proyecto hidroeléctrico; un
nuevo sistema energético que utilice paneles solares o energía eólica”. Todo cuenta.
Los beneficios del servicio
Reputación
Recurrir a este tipo de mecanismo permite a las empresas no solo acceder a recursos, sino tener gran visibilidad local e
internacional.
Financiamiento
Este tipo de emisión permite a las empresas amplificar la diversificación de fuentes de financiamiento, como los fondos en
el exterior y multilaterales.
Tributario
Este esquema contempla un beneficio tributario a los potenciales inversionistas extranjeros. Ellos están exentos de pagar
ISD e impuesto a la renta.
Algunas experiencias en la región
Colombia
Bancolombia fue en diciembre del 2016 la primera entidad financiera privada en emitir bonos verdes en este país, por $ 115
millones. Con una tasa de IBR del 2,2 %. En el 2017, Davivienda hizo lo mismo por $ 150 millones.
Perú
Cofide, el Banco Nacional de Desarrollo del Perú, emitió en mayo de este año su primer bono verde por 100 millones de soles.
La primera vez se dio en el 2014, cuando IFC hizo una emisión por un monto de 15 millones de dólares.
Brasil
En junio de este año, Neoenergia protagonizó la mayor colocación de bonos verdes de Brasil, por un monto equivalente a 296,2
millones de euros. En el 2016 este país sumó un total de $ 552 millones.
Argentina
Este año, el Banco de Inversión y de Comercio Exterior de Argentina (BICE) emitió su segundo bono por $ 300 millones. El
país se inició en este mercado en el 2017, con la emisión de la provincia de La Rioja, con $ 200 millones.
FUENTE: DIARIO EXPRESO (EC)