El Sector palmicultor en Ecuador: recuperación, desafíos y proyecciones para el 2025

La palma de aceite es una de las principales fuentes de ingresos agrícolas en Ecuador, un sector que juega un papel importante en la economía del país. A pesar de los retos que ha enfrentado en los últimos años, la industria palmicultora sigue siendo valiosa para el desarrollo de varias regiones, especialmente en áreas como Quinindé y el Valle del Chota. La producción de aceite de palma no solo es fundamental para el abastecimiento local, sino también para las exportaciones, lo que hace de esta actividad un pilar en el comercio internacional de Ecuador.

En este contexto, Carlos Chávez, presidente del directorio de Ancupa, brindó a nuestro medio un balance detallado sobre la situación del sector en 2024 y sus proyecciones para el próximo año.

Recuperación en el Sector Palmicultor

Chávez destacó la notable recuperación en el sector, particularmente en las plantaciones de Quinindé. A pesar de no haber registrado una siembra masiva, se ha observado un repunte en las nuevas siembras y la mejora de la producción. Sin embargo, mencionó que la situación del consumo local de aceite ha sido afectada por factores como los apagones, lo que ha disminuido la demanda interna.

“Si bien el consumo local ha disminuido, la posibilidad de exportar ha sido un salvavidas. Los precios internacionales han sido favorables, lo que ha permitido una recuperación económica para muchos productores”, señaló Chávez.

Avances Sanitarios y Expectativas para 2025

En términos sanitarios, el dirigente destacó la reducción significativa de problemas como el de la “P.C.” (Pudrición del cogollo) y la disminución de la incidencia enfermedades lo que ha permitido una mayor estabilidad en las plantaciones y tranquilidad en la producción.

De cara al 2025, las expectativas son positivas, especialmente para el primer semestre, cuando se prevé que los precios internacionales continúen siendo favorables para el sector. Chávez señaló que esta estabilidad económica es crucial para los agricultores, quienes dependen de precios altos para reinvertir en sus cultivos.

Desafíos: Cambio Climático y Seguridad

Uno de los mayores retos que enfrenta la industria es el cambio climático, particularmente la sequía prolongada que ha afectado las zonas productoras. Aunque en diciembre se esperaba que las lluvias comenzaran a aliviar la situación, Chávez indicó que las lluvias en Quinindé no han sido suficientes para satisfacer las necesidades de los cultivos. “El tema del agua sigue siendo un desafío enorme para todos los agricultores, no solo para los palmicultores”, subrayó.

En cuanto a la seguridad, el sector sigue enfrentando problemas relacionados con extorsiones y amenazas en algunas zonas. “En áreas como los Ríos y Guayas, muchos agricultores han tenido que delegar sus cultivos a sus empleados debido a la inseguridad”, afirmó Chávez, haciendo un llamado a mejorar las condiciones de seguridad para garantizar la estabilidad de la producción.

Retiro de Productores y Nuevas Oportunidades

A pesar de los avances, el sector ha visto la salida de muchos productores debido a las dificultades económicas y sanitarias. “Muchos productores que invirtieron en nuevos cultivos de palma híbrida se vieron obligados a abandonar sus plantaciones debido a la crisis”, reconoció Chávez, quien expresó su preocupación por el impacto social de esta situación.

Sin embargo, las expectativas para el futuro son optimistas, en gran parte gracias a las nuevas iniciativas del gobierno. En particular, se espera que el lanzamiento de un nuevo programa de créditos de BanEcuador, con un plazo de hasta 15 años, ayude a los productores a recuperar y mejorar sus cultivos. Chávez también resaltó las oportunidades que trae la exportación de biodiesel, una alternativa que podría ser clave para el desarrollo de la industria palmicultora, tanto para el mercado interno como para el internacional.

Un Año de Recuperación y Proyección a Futuro

Finalmente anoto que el sector palmicultor de Ecuador se encuentra en un proceso de recuperación que, aunque marcado por retos como el cambio climático y la seguridad, también abre puertas a nuevas oportunidades, especialmente con el apoyo de políticas públicas que favorezcan la reactivación agrícola. El año 2024, a pesar de los obstáculos, ha sido mejor económicamente que 2023, y se espera que 2025 continúe con una tendencia positiva para los productores de palma de aceite en el país, dijo.

Fuente: El Productor

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