María Victoria Armijos, de 19 años, vio a la pandemia como una oportunidad de negocio. Junto con otros dos compañeros de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) idearon la plataforma The Launch Pad, que brinda tutorías especializadas para niños con personas calificadas.
La idea es minimizar el estrés de los padres que enfrentan la teleducación y teletrabajo a la vez. “(La plataforma) une las necesidades del padre con la tutora. Te permite hacer una contratación por horas”, dice y agrega que hace unas semanas una adulta mayor contrató a una joven por horas para enseñarle las tareas a su nieto.
Y son los primeros pasos de una idea que nació en la materia de Emprendimiento e Innovación que ve en su carrera de Psicología Clínica.
Avances que también tienen María del Cisne Sánchez, de 26 años, y Sofania Rojas, de 24, estudiantes de la misma universidad. Sánchez espera graduarse de Gestión Ambiental y en la asignatura ideó con otros cuatro estudiantes la plataforma IBAI, que crea audiencias personalizadas para diversos tipos de campañas.
En tanto que Rojas fue por la línea de productos y fabricó, junto con otros compañeros, harina a base de insectos llamada Yurumké. Esta idea ganó el premio Hult Prize de la UTPL y participaron -vía virtual- en una competencia internacional.
Todas coinciden en que adquirir conocimientos de emprendimiento y economía moderna ayudan a tener una visión más amplia del mercado.
Y es que esta enseñanza, junto con la economía popular y solidaria y la innovación, se viene aplicando hace más de doce años en las universidades. Y cada año se perfecciona por los avances tecnológicos.
Leonardo Izquierdo, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UTPL, señala que independientemente de la carrera todos aprenden sobre emprendimiento e innovación. Y con más énfasis en especialidades como administración de empresas, finanzas, contabilidad, gastronomía, economía, administración pública y hotelería y turismo.
“Un estudiante innovador es el propósito, con nuevos diseños de trabajo, metodologías”, dice y apunta que en la incubadora Prendho se validan, gestionan y se perfeccionan ideas que no solo terminan en poner un negocio, sino en conocer el marco jurídico, potenciar la marca personal y ser un solucionador de problemas.
La Universidad Católica desde su carrera de Economía enseña la utilización de softwares de simulación de categoría y competencia internacional. “Para que los estudiantes se familiaricen y comprendan la dinámica de sus emprendimientos y el impacto de sus decisiones”, señala Nancy Wong, decana de la Facultad de Ciencias Económicas.
Además se instruye sobre la economía popular, que también lo hace la Universidad de Guayaquil, de acuerdo con René Aguilar, subdecano de la Facultad de Ciencias Económicas.
“Nosotros tenemos una asignatura de Economía Popular y Solidaria y cuando es nuestro aniversario de fundación, entre uno de los actos, hacemos una feria donde los estudiantes muestran sus emprendimientos”, señala y resalta que por pandemia no es posible este tipo de eventos, pero los alumnos aprenden las herramientas.
Según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), Ecuador tiene la tasa de actividad emprendedora temprana (TEA) más alta: 36,7%, pero también ocupa el primer lugar en los negocios que cierran.
Carlos Pástor, rector transitorio del Instituto Superior Tecnológico de la Economía Popular y Solidaria (Isteps), dice que los indicadores se solucionan con educación.
“Son una herramienta para mejorar los procesos administrativos contables de producción y de comercialización. En cómo obtener productos, bienes y servicios y mantener los recursos y alcanzar el nivel de autosuficiencia deseada”, menciona.
Este instituto cuenta con dos carreras: Administración de las Organizaciones de la Economía Popular y Solidaria y Gestión de las Finanzas Populares y Solidarias.
Todos los representantes o titulares universitarios coinciden en que los estudiantes observan y practican los avances de la economía para que salgan al mercado con más oportunidades.
FUENTE:EL TELEGRAFO (EC)