El Banco Central acaba de dar un dato que puede ser relevante: la economía ecuatoriana creció el 1,4 % en el tercer trimestre del año que culminó. Pero no es un dato tan alentador en las condiciones actuales, con alto déficit fiscal y costos de producción cada vez más elevados.
El alza de los combustibles es solo un factor coyuntural, pero desde hace casi dos décadas ya se venía hablando del excesivo gasto público y el elevado precio de servicios como la energía eléctrica, el agua y hasta las tasas de interés que deben enfrentar las empresas.
“Respecto al tercer trimestre de 2017, el crecimiento fue de 1,4 %. En términos nominales, el PIB alcanzó 27.267 millones en el 2018”, dice un informe preliminar (sujeto a actualizaciones) del Central difundido ayer.
El 2019 será complicado para el andamiaje empresarial. El industrial Bernardo Arosemena señala que los costos de agua y la electricidad en Guayaquil son elevados en relación a los de Lima y Bogotá, por ejemplo, y esto hace menos atractivo a Ecuador para los inversionistas. Según un estudio de Forbes, en esta región el país más atractivo es Chile, ubicado en el puesto 33 a nivel mundial, Perú en el 64, Colombia en el 67 y Ecuador en el 99.
Industrias grandes como Coca Cola en Guayaquil, por el volumen de agua y el tamaño de las tuberías de captación, pagan hasta 6 dólares el metro cúbico en Guayaquil, mientras en Lima 2,4 dólares (agua y alcantarillado) y en la capital Colombia $ 2,29. “El agua de Interagua es más cara que la de Alemania”, señala Arosemena.
El costo del kilovatio es también de los más caros: las industrias se quejan de que pagan entre 8 y 10 centavos. En Oklahoma cuesta 4,99, en Arkansas 5,078, el Texas 5,20 y Washington $ 4,75. ¿A qué costo produce el Estado ecuatoriano para venderla en esos valores al sector? ¿Cuánto ganan las distribuidoras?
Para compensar estos altos castos, dice Patricio Alarcón, presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano, es necesario bajar la carga fiscal y tributaria del país. “El Gobierno, a priori, debería dejar de gastar alrededor de $ 1.200 millones al año y eliminar el Impuesto a la Salida de Divisas”, sugiere. A esto debe sumarse una reforma de aranceles y trámites y un cambio en la estructura laboral.
FUENTE: DIARIO EXPRESO (EC)