Es el compositor de “La gaita triqui moqui”, un tema de nueve minutos de duración que ganó disco de oro y platino por ventas en la década del setenta.
Eugenio Haddaty Saltos, de 76 años, conjuga sus profesiones de psicólogo y nutricionista con la música, hace 56 años. Uno de los logros que recuerda de estas más de cinco décadas de componer y cantar es una canción de su autoría que ganó disco de oro y platino por ventas.
Se trata del tema La gaita triqui moqui que sonó desde 1974 junto a la agrupación Sonido 2001, de la cual Hadatty era parte.
Respecto a esta canción señala que tiene una duración de nueve minutos y en ella se incorporan chistes, aplausos y risas. “Se la llamó ‘gaita’ por el ritmo y ‘triqui moqui’ porque era el nombre del caló (lenguaje) del submundo”.
Como psicólogo y parte del grupo musical, una de las actividades que realizaba era visitar a los reclusos en la cárcel y empaparse de sus historias. “Y ese argot popular con el que hablaban lo trasladamos a la canción”.
Aclara que siempre sus composiciones tienen una crítica social, por eso “La gaita triqui moqui” tiene un trasfondo que refleja la realidad de aquel entonces.
“Hay una parte donde a los presos les dicen: ‘La próxima semana vendrá acá el comisario Viteri’. Y un reo responde: ‘Ya era hora que lo agarren a ese man’. Porque en ese tiempo los comisarios eran criticados porque tenían fama de ser corruptos”.
Por reflejar esa verdad en su canción se la quisieron prohibir y hasta pretendieron mandarlo a la cárcel. “En una parte de ‘triqui moqui’ el padre critica al hijo porque fuma marihuana, pero él sí tiene el derecho a hacerlo; hay mucha gente que predica, pero que no practica….”.
Haddaty señala que con el grupo sabían que este tema iba a gustar, pero no se imaginaron que se escucharía en muchos países de habla hispana. Sin embargo, eso no lo alejó de la realidad.
“Soy muy humilde y piso sobre la tierra. Hay artistas que los marea la fama, pero el artista debe tener un espíritu y un corazón diferentes a los demás, porque el pueblo que te aplaude merece respeto y consideración, y que te acerques a él”.
Destaca que los autores no componen canciones para que sean famosas, sino porque les nacen del alma. “Uno hace canciones porque son parte de su vida, su entorno social, sus vivencias. A veces se hacen populares y a veces no; hay lindas canciones que no trascienden”.
“La gaita triqui moqui” primero se grabó en un disco de 45 revoluciones de lado y lado y luego la incluyeron en un LP (Long Play).
Con la agrupación Sonido 2001, Hadatty se mantuvo desde 1972 hasta 1977. De allí partió hacia Italia, pues debía hacer la parte presencial de sus estudios a distancia para obtener sus títulos como maestro en psicología y nutricionista.
La adolescencia de Eugenio Hadatty estuvo marcada por el circo italiano Pestalozzi, donde trabajó cuando por cuestiones personales emigró hacia Colombia.
“Los compañeros, algunos de ellos ecuatorianos, me llevaron como artista profesional sin serlo. Tuve que decidir ser artista de circo, era parte del grupo de clown”.
De regreso a Ecuador, la música lo empezó a inquietar y es allí cuando forma con sus compañeros del colegio César Borja Lavayen la agrupación Los Estudiantes, que hasta ese momento lo consideraba como un hobby.
Luego formó parte del grupo Charles y sus Estrellas, y otras agrupaciones con las cuales realizaban grabaciones en las desaparecidas Fediscos e Ifesa.
“A veces me llamaban para hacer coros, percusión, trabajé mucho con todos los directores de las productoras y disqueras”.
Siempre se ha identificado con el género tropical, tanto que desde 2009 es parte de Moncho’s Band, agrupación de seis integrantes, con la que ha grabado treinta canciones y diez covers.
Además, desde 1979 hasta 1985 se desempeñó como secretario general del Sindicato Nacional de Música Guayaquil, que en noviembre próximo cumplirá 82 años. Cargo que lo retomó desde 2013.
“Soy un hombre que a través del tiempo he conseguido todo lo que he querido y ya no le pido nada para mí a nadie, pero me gusta colaborar. Colaboro con una fundación que ayuda a niños y tiene su escuela y taller para padres”.
Sus raíces De ascendencia libanesa, Hadatty nació en Bahía de Caráquez, Manabí. Su padre, Antonio Hadatty, huyó de la Primera Guerra Mundial muy joven y llegó a Ecuador.
Él nació en Baskinta, Líbano, se radicó en Quito y ahí se casó, de ese matrimonio nacieron siete hijos.
Luego la pareja se divorció y el libanés viajó a Chone, donde conoció a Damiana Saltos, con quien se radicó en Bahía de Caráquez. “De este matrimonio nacieron Juan, Vicente y yo. Todos mis hermanos son fallecidos”.
Pese a que Eugenio Hadatty nació en Bahía, su crianza fue en Esmeraldas y hace más de cinco décadas se radicó en Guayaquil.
Es un estudioso y crítico del idioma y el mal uso de las palabras. “Hay muchas poesías que son pasillos, pero que a veces tienen faltas ortográficas o falta de sentido. No tenemos un archivo de letras de poesías hechas canciones”.
Asimismo, no se desprende de la música y hasta antes del estado de excepción decretado por el Gobierno por la pandemia del covid-19, ensayaba con sus colegas todos los fines de semana.
Sobre el machismo, que en “La gaita triqui moqui” también tuvo su crítica, dice que “los hombres y las mujeres tenemos los mismos derechos, pero tenemos que practicarlo. La mujer merece un poco más de porcentaje humanal porque es la que nos trae al mundo”.
Hadatty se prepara en la vida para dos cosas: “Para aprender y aguantar; para aprender todo lo que tenga que enseñarme el mundo y aguantar todas las tonterías que el mundo me quiere enseñar (se ríe)”. (I)
Fuente: Diario el Telegrafo (EC)