Este sábado 9 de mayo rige impuesto a las fundas plásticas de acarreo en Ecuador, a pesar de que no se ha emitido el reglamento

Las fundas plásticas tipo camisetas o llamadas de acaderro, que sirven para cargar productos, serán gravadas desde este 9 de mayo del 2020 con un impuesto de 4 centavos de dólar.

Así lo establece la Ley Orgánica de Simplificación y Progresividad Tributaria, que grava a cada unidad con el Impuesto a los Consumos Especiales (ICE) y fija un mecanismo que empezará con $0,04 por funda en el 2020; $0,06 en el 2021; $0,08 en el 2022; y hasta llegar a $0,10 en el 2023.

El Servicio de Rentas Internas (SRI) informó a este Diario que el reglamento a la ley saldría en el menor tiempo posible: “Cabe señalar que la entrada en vigencia de este impuesto y su aplicación no están condicionados a que se emita el reglamento, sino a que se cumpla el plazo de 90 días previsto en la ley».

La institución proyecta este año una recaudación de $6,24 millones y en el 2023 de $21,73 millones.

Desde este sábado el consumidor deberá pagar al establecimiento por cada unidad que necesite, es decir, si la persona requiere veinte fundas, cancelará 80 centavos.

Actualmente las tiendas de barrio o grandes cadenas de negocio entregan gratis las fundas. Sin embargo, algunos establecimientos ofrecen cada unidad a $0,03.

De acuerdo al Ministerio del Ambiente, en el 2019 se identificó que cada ecuatoriano consume cerca de 130 fundas al año para almacenar las compras.

José Cevallos sale a comprar cada quince días y al menos lleva a casa 9 fundas. Él no las reutiliza por temor al COVID-19 y las desecha. Afirma que por la situación no deberían aplicarse impuestos.

Celia Quijije piensa distinto. Considera que el tributo hará crear conciencia ambiental. “Cada vez que compro llevo mis bolsos y mi alcohol en espray para desinfectarlos. Además, en algunos sitios las cajas ecológicas están vacías”, indica.

El experto tributario Hugo Mejía señala que el impuesto tiene más fines económicos que ambientales.

“El valor sigue entrando a una arca común y no se ve un proyecto medioambiental, será un impuesto recaudatorio solamente”, opina.

Considera que no solo afectará al consumidor sino a los fabricantes de fundas plásticas, pero conoce de cerca que ya están innovando.

“He hablado con empresas y me han dicho que van a buscar productos biodegradables. Yo creo que esas empresas van a dedicarse a la fabricación de tachos u otro elemento que no tenga este impuesto”, comenta.

En cuanto al consumidor cree que podría producirse un doble gasto ligado al virus. Esto para quienes reutilizan fundas y las lavan con cloro o son limpiadas con alcohol. Lo mismo ocurre con bolsos u otros elementos.

“Es un doble gasto lavarlas con alcohol y desinfectarlas, hay que analizar y depende de cada hogar», dice.

Ciudadanos consultados por este Diario usan productos sustitutos a las fundas como canastas, bolsos de tela y hasta mochilas con el objetivo de ahorrar. Otros, prefieren las fundas.

Las cadenas de supermercados vienen realizando campañas ecoamigables. Algunas venden bolsos reutilizables u ofrecen fundas hechas de material biodegradable. También ofertan canastas.

Almacenes Tía tiene el biocartonero y los clientes pueden llevarlos sin costo para guardar sus compras.

La normativa estipula una rebaja del 50 % del impuesto en fundas plásticas biodegradables y compostables. (I)

FUENTE: EL UNIVERSO

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