Una familia canadiense que estaba en Puerto Ayora cuando se inició la emergencia sanitaria es la única que aún pernocta en el hostal de Mathías Espinosa. Los otros once espacios del establecimiento están vacíos.
La isla más visitada de Galápagos va para los tres meses sin actividad turística a causa del coronavirus. Espinosa ha sentido también el golpe económico por el lado de su negocio de tours de buceo.
Desde marzo estima que ha dejado de recibir a 1400 buzos y eso puso a tambalear la economía de 20 familias que dependen de la actividad. Están, dice, a modo ‘sobrevivencia’.
Los aeropuertos de San Cristóbal y Baltra están abiertos, pero las operaciones para los vuelos destinados al transporte de los turistas no están autorizadas. El archipiélago –la joya turística de Ecuador– ha decidido esperar un poco más para abrirse al turismo.
Para el sector turístico, la pandemia ha movido sus cimientos. La Cámara de Turismo de Galápagos estima que desde marzo no han ingresado unos $230 millones por venta de pasajes aéreos, hospedajes, alimentación, tours, guianzas y otras actividades.
El Consejo de Gobierno de Galápagos priorizará en estas semanas de junio los vuelos de retorno de los galapagueños que quedaron varados en territorio continental. Se calcula que eran 3500, de los cuales hasta la semana pasada habían regresado más de 800.
Norman Wray, presidente del Gobierno de Galápagos, señala que primero están protegiendo el destino y puliendo protocolos para luego evaluar el punto exacto en el que la gente puede volver a viajar.
El viernes pasado, durante una visita del vicepresidente Otto Sonnenholzner se habló de abrir Galápagos al turismo a partir del 1 de julio.
Galápagos tiene cuota de dependencia de turistas extranjeros. El 29 % de turistas proviene de Estados Unidos, país que tiene un alto número de contagios. Otro 25 % llega de naciones europeas, que recién están tratando de reajustarse.
En esos porcentajes hay un segmento importante de adultos mayores que contratan paquetes en cruceros.
Roque Sevilla, empresario del sector turístico, cree que ese segmento, que está entre la población vulnerable al COVID-19, se va a recuperar más lento porque va a demandar más seguridad.
Estima que una vez abierto Galápagos al turismo llegarán de a poco grupos pequeños en los próximos 6 meses. “En enero podremos ver algo razonable de lo que había”, dice.
Volver a tener 271 000 turistas cada año en las islas Galápagos, como el 2019, es algo que no será sencillo ni rápido.
Felipe Larrea, director ejecutivo de la Asociación de Armadores de Turismo de Galápagos , dice que posiblemente tomará unos dos o tres años recuperar los niveles de turismo de antes de la pandemia. “Dependerá de la disponibilidad de una vacuna efectiva, así como de la evolución de la pandemia y de la recuperación económica en los países emisores de turistas”, afirma.
En las agencias reportan que hay extranjeros que están pidiendo informes de reservas para julio, agosto y septiembre, pero aún son tentativas.
Diego Padula, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Agencias de Viajes y Turismo, considera que en lo queda del año los ecuatorianos podrían suplir parte de esa porción que no se puede cubrir con la llegada de extranjeros. Y eso dependerá de ofertas y tarifas.
Andrés Ordóñez, director de la Cámara de Turismo de Galápagos, señala que pese al duro momento los establecimientos se han estado preparando para la reapertura.
El dirigente anhela que la líneas de crédito ofrecidas por el Gobierno lleguen al archipiélago y aspira a que el acceso se amplíe a empresas que facturan más de $2 millones.
Espinosa espera que a los pequeños negocios se les den facilidades crediticias ‘para salvarlos’. (I)
Cifras
1 %
de negocios relacionados con la gastronomía ha cerrado en Puerto Ayora por la crisis del coronavirus.
76
casos de coronavirus y un fallecido se han reportado hasta el momento en las islas Galápagos.
2
islas estaban con semáforo amarillo: Santa Cruz y San Cristóbal. La isla Isabela permanece en el color rojo.
Operación navegable
La operación turística navegable en Galápagos se vio afectada por el coronavirus. La Asociación de Armadores de Turismo de Galápagos (Adatur) estima que el sector de embarcaciones de turismo ha dejado de percibir al menos $71 millones de ingresos. Felipe Larrea, director de Adatur, dice que si bien hay la urgencia económica de reabrir el turismo, se debe ser responsable e iniciar operaciones cuando haya las condiciones para que las actividades turísticas no representen un riesgo para turistas, trabajadores. (I)
Pruebas para ingreso
Un requisito para que los colonos vuelvan a Galápagos, en los vuelos especiales, es que se hagan la prueba PCR para descartar el COVID. Al llegar, personal médico del Ministerio de Salud evalúa nuevamente la temperatura de los viajeros.
Los colonos o residentes deben cumplir con los 14 días de aislamiento obligatorio (APO). Durante ese lapso, trabajadores del ministerio realizan el seguimiento a las personas en APO en los puntos habilitados.
En las islas Galápagos opera desde el 6 de abril un laboratorio y se han hecho pruebas en el 7 % de la población. (I)
Control aeroportuario
Durante estas semanas, el aeropuerto ecológico Galápagos se ha adaptado a los nuevos cambios. Con la llegada de los vuelos especiales se han estado aplicando los protocolos que funcionarán cuando se reactiven los vuelos comerciales. Entre las medidas adoptadas se encuentran el uso obligatorio y permanente de mascarillas, suministro constante de alcohol para las manos y mantener una distancia entre personas de 2 metros en las columnas que se forman para los chequeos de vuelos, retiro de equipajes y en zonas de arribo y embarque. (I)
FUENTE: DIARIO EL UNIVERSO (EC)