Todas las miradas se dirigen al Banco Central de la República Argentina (BCRA). Lo que el mercado busca saber, y tal vez testear en algún momento, es si el gobierno va a esperar -como lo obliga el FMI- a que el dólar llegue a 51 pesos para intervenir y salir a frenarlo; o si las circunstancias políticas, más la recomendación de algunos allegados a la conducción económica, determinarán que Mauricio Macri decida utilizar más libremente las reservas para conjurar una corrida en serio, de agravarse la presión que ayer barrió con los activos argentinos y disparó 4% el dólar en un solo día.
Ello significaría romper “el pacto de caballeros” que tiene Nicolás Dujovne con el FMI, de mantener “reservas cuidadas” hasta fin de año.
Está claro que si el gobierno no logra estabilizar al dólar es muy difícil que prosperen los precios esenciales, tampoco bajar la inflación ni mejorar las expectativas. La reelección a nivel nacional y sobre todo en la provincia de Buenos
Aires se complica.
Crecen las oportunidades de Cristina Fernández y el cuadro se agrava en un círculo vicioso muy complejo para administrarlo de aquí a fin de año.
Entre las cuestiones que analizan en las mesas de dinero como posibles alternativas, cabe mencionar las siguientes:
1) Que el FMI permita al gobierno intervenir en la zona de no intervención. Que permita lo prohibido. En castellano, no esperar que el dólar se vaya a 51 pesos para actuar. El argumento es que el Central podría hacerlo con las reservas que tenía de antes del acuerdo, lo que supone no rifar los dólares del Fondo, sino en todo caso los que se habían acumulado antes.
Todo en el medio de la polémica creciente con la oposición, la dura y la blanda, que ya está reclamando en voz alta que el gobierno no despilfarre las reservas y que le deje algo al próximo. El clima promete enrarecerse: Trascendió que desde el kirchnerismo y el massismo se preparan denuncias penales contra la conducción económica y el directorio completo del BCRA para advertirles que no vendan dólares para financiar la salida de inversores financieros.
2) Usar reservas para recomprar bonos argentinos que hoy están sobre castigados por la llamada doble herencia crítica en materia monetaria y sobre todo fiscal, la que dejó Fernández y la que sumó Macri.
3) Dar la opción a cobrar en dólares los altos vencimientos de bonos y letras en pesosque se acumulan a partir de mayo y junio. Hay vencimientos en un solo día en pesos, por valores entre US$ 2 mil y US$ 3 mil millones.
También se opina mucho sobre el giro intervencionista en materia económica que tuvo que realizar el presidente para conformar a sus socios políticos del radicalismo que le reclaman aún más dureza con el establishment.
El temor es que los controles de precios, si fracasan, terminen derivando en controles de cambios. Las tarifas, de hecho, ya están congeladas y pesificadas. Al fin y al cabo lo reconoció Nicolás Dujovne en su última aparición en TV cuando le preguntaron qué sentía del pasaje de Argentina prometida de las inversiones, a la actual de las inspecciones. “Tenemos que estar preparados para tomar las medidas que sean necesarias en el contexto en el que nos toca operar”, dijo.
FUENTE: DIARIO EL COMERCIO (PE)