Una leyenda urbana cuenta que la grafía de la palabra crisis en chino significa peligro, pero también oportunidad.
Muchos lo disputan como una traducción equivocada, pero en la política mundial, parece cobrar sentido.
Al menos, si tenemos en cuenta los efectos beneficiosos para algunos países de la guerra comercial de Estados Unidos contra China.
Y es que, si bien la disputa entre las dos economías más grandes del mundo ha sido un importante factor de riesgo para los inversores desde el pasado año y ha puesto bajo amenaza las perspectivas económicas de los países de la región de Asia Pacífico, también podría traer notables ganancias a otros si el conflicto se prolonga.
Principalmente a naciones europeas, México y Canadá, según un informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) publicado el lunes.
«Nuestro análisis muestra que si bien los aranceles bilaterales no son muy efectivos para proteger a las empresas nacionales, son instrumentos muy válidos para limitar el comercio desde el país afectado», explicó Pamela Coke-Hamilton, directora de la división de comercio internacional de la organización.
fábrica trabajadora
El comercio bilateral entre Estados Unidos y China disminuirá y será reemplazado por el comercio originado en otros países | (Foto: Reuters)
La razón es simple: los aranceles bilaterales alteran la competitividad global en beneficio de las empresas que operan en países que no están directamente afectados por ellas.
De ahí que, según Coke-Hamilton, el efecto de los aranceles entre Estados Unidos y China será principalmente «distorsionador».
«El comercio bilateral entre Estados Unidos y China disminuirá y será reemplazado por el comercio originado en otros países «, agregó.
Y es entonces cuando otras naciones que comercian con esas dos potencias pueden obtener su tajada de ganancias.
LA GUINDA DEL PASTEL
El estudio advierte que los aranceles «hacen poco por ayudar a las empresas nacionales» de Estados Unidos y China y, por el contrario, terminan beneficiando a exportadores en terceros países.
De hecho, según los cálculos de la ONU, de los US$250.000 millones en exportaciones chinas sujetas a aranceles estadounidenses, aproximadamente el 82% se desviará a empresas en otros países.
Mientras, aproximadamente el 12% serán retenido por empresas chinas y solo el 6% serán irá manos de firmas estadounidenses.
De manera similar, de los aproximadamente US$85.000 millones en exportaciones de EE.UU. sujetos a los aranceles de China, alrededor del 85% serán capturados por empresas de otros países.
Entre tanto, de ese total, las firmas estadounidenses solo retendrán menos del 10%, mientras que las empresas chinas capturarán alrededor del 5%.
La investigación señala que estos resultados son consistentes en diferentes sectores, desde maquinaria hasta muebles, equipos de comunicación, productos químicos o instrumentos de precisión.
Pero entonces, ¿quiénes son los beneficiados?
LOS BENEFICIADOS
De acuerdo con la investigación de la ONU, los países que se espera que se beneficien más de las tensiones entre Estados Unidos y China son aquellos que son más competitivos y tienen la capacidad económica para reemplazar a las empresas estadounidenses y chinas.
El estudio indica que las exportaciones de la Unión Europea, como conjunto, son las que aumentarán más, capturando alrededor de US$70.000 millones del comercio bilateral entre Washington y Pekín (US$50.000 millones de las exportaciones chinas a Estados Unidos y US$20.000 millones de las exportaciones de EE.UU. al país asiático).
Mientras, México será la gran beneficiada del continente americano, con una ganancia por nuevas exportaciones que supera los US$26.000 millones.
Según cifras oficiales, ese país es la novena mayor economía de exportación en el mundo y Estados Unidos y China son su primer y tercer mercado, respectivamente.
De ahí que la confrontación entre las dos potencias ha hecho del país latinoamericano una fuente de nuevas exportaciones para ellas.
Pero las ventajas de México por esta guerra comercial no quedan ahí: esa última nación es también la que mayores ingresos tendrá del aumento del porcentaje del total de exportaciones (un 5,9%) como resultado del conflicto, muy por encima del bloque europeo (0,9%) u otras grandes potencias, como Japón (2,3%) o Canadá (3,4%).
Presidentes de EE.U.. y China
Y si bien estas cifras no representan un monto notable del comercio mundial, que en 2017 ascendió a unos US$17 billones, para muchos países representan una parte importante de sus exportaciones.
De hecho, los aproximadamente US$27.000 millones del comercio entre Estados Unidos y China que serían capturados por México representarían alrededor del 6% de sus exportaciones totales.
Pero esta no sería la única nación latinoamericana que se beneficiaría.
El reporte señala que Argentina, Brasil, Chile y Perú también tendrían su parte en el pastel de reparto de las exportaciones como resultado de la guerra comercial.
LAS MALAS NOTICIAS
Sin embargo, no todo son buenas noticias para estos países.
El estudio también subraya que incluso para las naciones cuyas exportaciones aumentarán por la guerra comercial, no todos los resultados serán positivos.
El mercado de la soja es uno de los ejemplos.
Los aranceles chinos aplicados a ese grano que antes importaba de Estados Unidos han provocado efectos de distorsión del comercio en beneficio de varios países exportadores, en particular de Brasil, que de repente se convirtió en el principal proveedor de soja para China.
Pero debido a que la magnitud y la duración de los aranceles no están claros, los productores brasileños se han mostrado reacios a tomar decisiones de inversión que pueden resultar poco rentables si se revocan las restricciones.
El estudio también subraya que si bien algunos países experimentarán un aumento en sus exportaciones, es probable que dominen los efectos globales negativos.
Una preocupación común es el impacto inevitable que las disputas comerciales tendrán en la economía mundial, todavía frágil.
Y es que una desaceleración económica a menudo acompaña las perturbaciones en los precios de los productos básicos, los mercados financieros y las monedas, todo lo cual tendrá importantes repercusiones para los países en desarrollo.
Entre tanto, los gobiernos de EE.UU. y China buscan llegar a un acuerdo antes del venidero 2 de marzo para hallar una alternativa a su guerra comercial.
Si no lo logran llegar antes de esa fecha límite, Washington aumentará los aranceles de productos chinos del 10% al 25%.
Hasta entonces, algunas empresas estarán preocupadas. Otras se estarán frotando las manos.
FUENTE: DIARIO CORREO (PE)