Guerra comercial cumple un año sin resultados ni final a la vista

Reducir el déficit comercial es el objetivo que se marcó Donald Trump cuando, hace un año, entraron en vigor los primeros aranceles directos en contra de China, desatando así una guerra comercial que, a día de hoy, ni ha producido los resultados esperados, ni se espera que tenga un desenlace en el corto plazo.

Sin contar con los gravámenes al acero y aluminio, impuestos a escala mundial, fue el 6 de julio de 2018 cuando el Gobierno de Trump ejecutó sus aranceles del 25% a productos por valor de US$34.000 millones, parte de la primera batería de US$50.000 millones que aprobó su administración. Tras la réplica, el 9 de julio se anunciaron las tarifas a US$200.000 de las exportaciones asiáticas, lo que definió el inicio definitivo de la confrontación.

Pero, a día de hoy, el éxito de esta medida sigue sin verse. Respecto al déficit comercial, Estados Unidos cerró el año pasado con un desbalance de US$419.527 millones con China, un récord histórico a pesar de que la mitad del ejercicio tuvo los aranceles.

Y esta tendencia no se ha logrado revertir significativamente en 2019, pues a mayo el déficit asciende ya a US$137.076 millones, una pequeña reducción frente a los US$152.136 millones que se registraban en el mismo periodo de un año antes.

A pesar de que Estados Unidos compra menos a China, ese mismo comportamiento se registra en sentido contrario. Los puertos de California, que transportan el 40% de las mercancías al país asiático, llevan siete meses de caída en el volumen, con un descenso de casi 20%.

Y aunque el mandatario estadounidense aseguró en su discurso de lanzamiento de campaña para la reelección que los aranceles están siendo una “gran noticia” para EE.UU., al afirmar que se está dando una repatriación de capitales y producción, los datos no muestran la misma tendencia.

En primer lugar, la guerra comercial obligará a la Reserva Federal a recortar su ciclo de alzas de tasa para empezar a recortar el indicador y, así, tratar de evitar la desaceleración.

En cuanto al impacto económico directo, la evidencia es clara. De acuerdo con la institución Tax Foundation, afín al partido conservador de Trump, los aranceles que ha impuesto hasta el momento el país le van a costar US$197.700 millones del PIB nacional, (un 0,7%) y va a recortar de forma directa un total de 609.644 empleos.

Eso sin contar las ayudas que el Gobierno estadounidense ha tenido que dar a sectores afectados como la agricultura o la ganadería. Al finalizar el año pasado Trump desembolsó US $12.000 millones, a los que se sumaron US$16.000 millones más en abril. Las ventas de soja a China, por ejemplo, han caído 80%.

“Creo que esta es una de las peores ideas en la historia económica, a la altura de la de reducir impuestos a los ricos cuando sus ingresos están creciendo sin precedentes. La Reserva

Federal ha estimado que la política arancelaria de Trump le costará a las familias unos US $1.000 en precios más altos este año. También dañará las exportaciones y el crecimiento. Y, para mostrar cuán contraproducente es, el déficit se mantendrá igual o aumentará”, explica Edward Stuart, profesor emérito de economía de la Universidad Northeastern Illinois. (Inversionistas se alistan para una guerra comercial prolongada).

Pero el impacto no es solo para la economía de Estados Unidos o China, sino también para el resto del mundo. La ONU o el FMI han alertado de las “consecuencias devastadoras” que tendrá la guerra comercial. Según estimaciones de IHS Markit, el PIB mundial se reducirá 0,8% este año y 1,4% en 2020. Los economistas de Bloomberg no creen que el menor crecimiento se vaya a revertir, al menos hasta 2022.

Y, con todo, esta es una situación que no se espera que acabe pronto pese a la reciente nueva tregua alcanzada entre Trump y el presidente chino, Xi Jinping. De acuerdo con Derek Scissors, investigador del American Enterprise Institute de Washington, “nada sucederá en los próximos meses, tienen obstáculos muy difíciles de superar para alcanzar un acuerdoduradero”.

OTRAS BATALLAS EN EL MUNDO

A pesar de que el conflicto entre Estados Unidos y China es el más relevante, el país tiene otros frentes abiertos. Sin ir más lejos, este lunes la comisaría de Comercio de la UE, Cecilia Malmström, anticipó que Estados Unidos y el bloque se castigarán mutuamente con aranceles como represalia por ayuda ilegal a Airbus y Boeing. También se anunciaron más aranceles contra el acero y el aluminio de México.

FUENTE: DIARIO PORTAFOLIO (CO)

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