Dueños de negocios están demandando la creación de un corredor comercial en el puente internacional de Rumichaca para legalizar la entrada de mercaderías y reactivar las actividades formales de comercio binacional tras más seis meses de cierre del paso debido a la crisis sanitaria derivada por la pandemia del COVID-19.
La posibilidad de que el viaducto binacional sea abierto este 1 de octubre quedó descartada tras los anuncios de los voceros de los Gobiernos de Colombia y Ecuador, que no han precisado la fecha de apertura al tránsito de vehículos y personas de ambas naciones.
Genary Pozo, dirigente de una de las organizaciones, sostuvo que más de 2.000 personas siguen utilizando diariamente los pasos informales que comunican a Ecuador y Colombia para movilizar mercancías poniendo en riesgo sus vidas.
El directivo aclara que no están pidiendo la apertura total del viaducto sino una suerte de carril peatonal emergente por donde ingresarían o enviarían las mercaderías, previo el pago de tributos en el Servicio Nacional de Aduanas (Senae).
Esta propuesta no solo favorecería a los comerciantes minoristas o autónomos, sino a 6.818 beneficiarios de la Canasta Comercial en Carchi, que entró en vigencia el el 1 de junio de 2019 y tiene una duración de 24 meses.
Esta herramienta comercial incluye 58 productos extranjeros provenientes de Colombia libres de aranceles, como televisores, impresoras, licuadoras, computadoras, celulares, artículos de aseo, microondas, entre otros.
Giovanni Tobar, dirigente de la Federación Nacional de Pequeños Comerciantes, dice que Óscar Ruano, gobernador de Carchi, “no hace nada” por atender las demandas de este sector y por exigir la apertura del viaducto pese a que se han mantenido varias reuniones.
Sin embargo, el representante del Ejecutivo se defiende explicando que la apertura del ducto bilateral es una decisión que deben tomarla las cancillerías de los dos países y agrega que realiza contactos con los distintos ministerios para buscar una alternativa.
Pozo agrega que el cierre del puente internacional es simbólico y que la decisión ha promovido la informalidad (contrabando), jugándose la vida la gente cruzando el río internacional Carchi-Guaitara, cobrando ya cuatro vidas durante la emergencia sanitaria.
“Mientras tanto la persecución, multas y avalúos excesivos de mercancías retenidas continúan por la Senae y el Servicio de Vigilancia Aduanera”, indica Pozo, quien advierte que la situación económica de su sector es insostenible.
Además, están proponiendo importaciones a pequeña escala y el pago del Documento Aduanero Simplificado, como también la aplicación de la canasta familiar fronteriza contemplada en el acuerdo de Esmeraldas, que favorece a los habitantes de la frontera común.
Tobar recuerda que ante los supuestos abusos cometidos por vigilantes aduaneros hace dos años siguieron una acción de protección que terminó con la indemnización a los afectados y no descarta interponer una medida similar frente a los constantes atropellos contra la gente que ahora trabaja en las trochas.
Oposición a pedidos
Un importante sector de la población no está de acuerdo, porque teme que una vez abierto Rumichaca se registraría la presencia masiva de ciudadanos del interior del país en planes de compras en los poblados Ipiales y Pasto.
Otra de las preocupaciones sería que mientras en Carchi hay 2.605 casos COVID-19, en el departamento (provincia) de Nariño existen 18.213, por lo que ronda el temor de que al prevalecer la universalidad de la salud en Ecuador los contagiados colombianos ocupen los hospitales de Imbabura y Carchi y colapsen el sistema sanitario de la frontera.
FUENTE: EL UNIVERSO (EC)