[:es]En julio próximo entrará a regir en Corea del Sur una ley que bajará el número de horas de trabajo a la semana. La iniciativa, aprobada por la Asamblea Nacional del país asiático, reduce de 68 a 52 horas el tiempo que los coreanos deben permanecer en sus empleos para mejorar su calidad de vida.
En Suecia se adelantó por dos años un plan piloto con jornadas laborales de seis horas, que además estipuló el mismo sueldo para los empleados. El resultado: mayor productividad pero más costos para el empresariado.
En Colombia un ciudadano debe acumular cada año 2.496 horas de trabajo, 737 horas más que el promedio sugerido por la Ocde y 1.140 más que las que laboradas en Alemania. Sin embargo, no se llega a la riqueza del país teutón.
Entonces, ¿jornadas laborales más cortas sirven para aumentar la productividad?
Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), denominando ‘Garantizar un tiempo de trabajo decente para el futuro’ y presentando en febrero pasado, señala que la cantidad de horas trabajadas y la forma en que estas se distribuyen no sólo afectan a la calidad del trabajo sino también a la vida fuera del mismo.
“Las horas de trabajo y su organización pueden tener graves consecuencias para la salud física y mental y el bienestar de los trabajadores, así como para su seguridad en el trabajo y durante los trayectos de la casa al trabajo y viceversa”, dice el organismo internacional.
Según el documento, que no se compromete con un horario ideal, las horas de trabajo y la forma en que estas se distribuyen son factores importantes para determinar la productividad, la rentabilidad y la sostenibilidad de las empresas.
Sobre esta tesis, Guillermo Botero, presiente de Fenalco, dice que la posibilidad de tener jornadas laborales más cortas en un país como Colombia solo será posible cuando los niveles de productividad del país lo permitan. “En países como Corea del Sur, uno de los más laboriosos del mundo, el generoso desarrollo se ha logrado con base en intensidad de trabajo. Cuando se alcanza ese nivel, se pude pensar en bajar las jornadas, como sucede en países desarrollados”, explica.
Al respecto, Juan David Tous, gerente de Marketing de la firma Manpower en Colombia, dice que no es nada nuevo pensar en unas jornadas laborales más cortas y destaca que la productividad tiene más que ver con lo que las personas son capaces de hacer con menos recursos, incluido el tiempo.
“No se trata tanto del país sino en la industria en la que se esté. Hay lugares en los que les encanta pensar industrialmente y tener a la gente las 48 horas reglamentarias trabajando, porque es una visión muy dada a la disponibilidad y el control”, recalca.
Tous además recalca que no se puede confundir que trabajamos más horas a que pasamos más horas en el trabajo. “Nosotros vamos al trabajo más horas pero no es que trabajemos más, de hecho somos de los países más famosos por ser improductivos, eso lo que significa es que no estamos concentrados 100% en lo que debemos”, anota.
En ese sentido, Alberto Orgulloso, director de la Escuela Nacional Sindical, dice que cada vez en el mudo hay menos ambientes de trabajo controlados, pues los trabajadores ahora son más autónomos frente a lo que hacen y sus metas.
«Las evidencias nos indican que los países con bajas jornadas laborales son altamente productivos por una simple razón de salud y de condiciones de trabajo. Un trabajador no va a ser más productivo por el hecho de que trabaje 10 horas o 15 horas, porque su capacidad de trabajo tiene límites obvios”, señala.
El directivo además resalta que «los países que logran desarrollos tecnológicos y de sus fuerzas productivas, más la calificación de los trabajadores frente a esa tecnología, tienden a ser más productivos, indistintamente que sean más desarrollados”.
Finalmente, Orgulloso anota que las empresas deben enfocarse en el tiempo en los que se genera más productividad marginal por hora. «No por el tiempo que pase sentado un trabajador».
FUENTE: DIARIO PORTAFOLIO (CO)[:]