Escuelas, colegios y universidades en el mundo buscan reunir a alumnos en sus aulas de diversas culturas y contextos para que aprendan entre ellos a entender otros puntos de vista y realidades sociales.
Esto además derriba prejuicios y estigmas y favorece a un desarrollo social más equitativo según expertos.
La multiculturalidad es la presencia de varias culturas que conviven en un mismo espacio geográfico, físico o social y aplicada a la educación se orienta al reconocimiento de diferentes culturas existentes en un entorno de enseñanza.
Elías Said, director del Máster en Educación Inclusiva e Intercultural de la Universidad Internacional de la Rioja de España (UNIR) explica que la diferencia entre multiculturalidad e interculturalidad se da en que este segundo término trasciende el espacio de reconocimiento a través del análisis crítico y reflexivo.
En este escenario, “las diferencias son puestas en valor y se construye una identificación mutua y por tanto de consideración de enriquecimiento entre ambas partes”, dice.
Said advierte que en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas se promueve una educación de calidad e inclusiva. La interculturalidad busca además favorecer y promocionar valores como la democracia, tolerancia e integración.
De acuerdo con Paula Yánez, socióloga en Relaciones Internacionales, la interculturalidad surge como una necesidad de reivindicación de los derechos, necesidades, oportunidades y accesos a oportunidades, para la construcción de sociedades y espacios más justos y equitativos. Con la interculturalidad, se busca fomentar un diseño educativo dentro de un marco formativo diverso.
A los profesores de la maestría de Educación Inclusiva e Intercultural de la UNIR, Said les explica que la principal ventaja de enseñar a los profesionales dedicados a la educación es que mediante estrategias inclusivas desde lo intercultural se da la posibilidad de romper barreras y estigmas.
Además, se forman alumnos críticos, ya que muchos de los estereotipos están presentes en las sociedades en escenarios de brechas sociales a causa de la etnia, condición política, económica, social, ideológica, entre otras.
“A través de la interculturalidad se logra romper esquemas, estructuras y nociones preexistentes que perpetúan las desigualdades y la discriminación”, explica Yánez.
Es importante la interculturalidad en las universidades porque ayuda al abordaje de las acciones educativas puesta en práctica, atendiendo la diversidad de los estudiantes, tanto a escala grupal como individualmente, añade Said.
En este contexto, la educación online saca provecho de metodologías activas y el empleo de recursos digitales que permiten la atención educativa desde la diversidad socio-cultural de los alumnos.
Además de las clases online, existen recursos que permiten el abordaje diferenciado y personalizado de los estudiantes, según su contexto y cultura.
Fuente: Diario El Comercio.