De la adversidad salen las más grandes ideas, aquellas que están relacionadas con los deseos y que con un buen plan se podrían convertir en metas. Pero para tener un resultado tangible primero es necesario permitirse soñar. El vision board, o mapa de los sueños, es una herramienta que va más allá de ser una actividad lúdica.
Jazhuat Echeverría, psicóloga holística, lo define como “un collage de imágenes que básicamente se usa para atraer lo que deseamos, o la famosa ley de la atracción”. Esta técnica otorga la oportunidad de aceptar los deseos que se tienen, replantearlos y notar si son, o no, alcanzables.
“Que tengas un vision board no te asegura que vas a tener un trabajo”, comenta el coach organizacional y ontológico Juan Pablo López, “pero te ayuda a enfocarte”, aclara.
El profesional explica que hacer un tablero de este tipo se trata más de: “en quién me quiero convertir” y el desarrollo personal, que de lo que se quiere tener.
Una persona puede querer ser jefe en su trabajo, pero se tiene que convertir primero en un individuo con las habilidades para ejercer esa posición. Manifestar una meta específica, con mapa de los sueños o sin él, requiere de intención más acción.
En un tiempo de incertidumbre, despidos y para algunos de carencia, es importante conectarse con la gratitud. Mediante el tablero se puede llegar a ello, a emociones positivas y una nueva narrativa en el subconsciente, que tendrán un impacto en las acciones hacia el objetivo. “La gente puede ser recursiva desde el miedo, pero no creativa”, expone López.
Para realizar el mapa o tablero, la psicóloga Echeverría recomienda dividirlo en temáticas, por ejemplo: área personal, familiar, laboral, espiritual, etc. Por cada una de esas áreas es necesario identificar lo que se desea.
En el caso del aspecto espiritual podría ser: estar más conectado con Dios, a su vez se debe tener una idea de qué acción se puede tomar para avanzar hacia esa dirección. Podría ser orar, leer sobre religión, acudir a reuniones de sesión espiritual, y muchas otras cosas, eso dependerá de cada uno. Es conveniente anotarlo.
Posterior a que se tiene claro lo que se desea, López aconseja que cuando realice el mapa de sueños, “tiene que ser uno que te convoque, que te emocione, que lo veas y digas: ahí estoy yo”. Esa experiencia la tuvo Graciela, quien hace 10 años hizo su primer vision board y a través del tiempo lo ha tenido en rediseño. Hace unos meses hizo el último y confiesa que “lo veo y me derrito, se me hace babita la boca”, cuenta con emoción, “lo veo y me siento feliz”, concluye.
El tema del tablero de los sueños está conectado al sentido visual y a su vez al subconsciente. Pegar fotografías en blanco y negro le da la señal al subconsciente de que es algo triste o pasado. Una de las claves del mapa de sueños es pensarlo en presente como si estuviese sucediendo, al igual que escribir también en tiempo presente si es que se lo complementa con frases.
Los detalles son importantes y si la persona quiere manifestar una casa es necesario que la ponga en el tablero, pero siendo específico. Si se quiere ver dentro de ella tiene que estar en la imagen que coloque representado también. Si se quisiera una familia, se tendría que colocar la foto de una familia en la casa. Ser ambiguo no ayudará.
El vision board es como una promesa que se pueden hacer a sí mismo. Lo más satisfactorio de la actividad es identificar lo que se desea y permitírselo; si es alcanzable o no, dependerá de las acciones que se tomen. (I)
Fuente: Diario el Universo (EC)