[:es]Mario Abdo asume como nuevo presidente de Paraguay con el reto de buscar acuerdos[:]

[:es]El exsenador Mario Abdo Benítez asumió este miércoles la presidencia de Paraguay con el desafío de mantener la estabilidad económica, combatir la pobreza y luchar contra la corrupción en medio de un creciente descontento ciudadano

«Demos la bienvenida en esta nueva etapa al disenso», dijo en sus primeras palabras como gobernante en el acto, en el que participaron seis presidentes de Latinoamérica y la mandataria de Taiwán, que tiene a Paraguay como aliado.

«Les invito a construir desde el disenso una democracia madura donde las instituciones sean fuertes con poderes autónomos (…) y una justicia valiente», agregó en el discurso, en el que además solidarizó con los pueblos de Venezuela y Nicaragua y prometió que Paraguay «no será indiferente» ante su sufrimiento.

«Es hora de dejar a un lado la hipocresía y levantar la voz ante las injusticias», remarcó.

A la ceremonia de toma de mando presidencial asistieron los presidentes Mauricio Macri, de Argentina; Michel Temer, de Brasil; Tabaré Vázquez, de Uruguay; Evo Morales, de Bolivia; Iván Duque, de Colombia; Jimmy Morales, de Guatemala; y Tsia Ing Wen de Taiwán.

«Si no hay fronteras para la integración tampoco debe haber fronteras para ser solidarios con los pueblos que sufren violaciones graves y sistemáticas a sus derechos humanos», reiteró el nuevo gobernante, de 46 años.

La presidencia de Abdo, un especialista en marketing de 46 años formado en Estados Unidos, mantendrá en el poder durante los próximos cinco años al conservador Partido Colorado, que dominó la política paraguaya las últimas siete décadas, incluida la feroz dictadura del general Alfredo Stroessner.

El nuevo presidente es hijo de quien fuera secretario privado del dictador, una figura clave en el regimen de 35 años y a quien recordó en su discurso.

Si bien no se esperan grandes cambios respecto a la administración anterior, Abdo tendrá que forjar alianzas que le permitan gobernar.

Mayoría parlamentaria

El Partido Colorado no tiene mayoría en el Senado y aunque sí la tiene en la Cámara de Diputados, los enfrentamientos frecuentes al interior de la agrupación la vuelven volátil. La ausencia de 27 legisladores leales a Cartes en la ceremonia de juramento el martes evidenció esas fracturas.

El nuevo mandatario, quien participó días atrás en reuniones con inversionistas en Nueva York, continuaría con la política de endeudamiento de su antecesor, quien autorizó la emisión de 2.910 millones de dólares en bonos en los mercados internacionales durante su mandato.

El foco estará puesto también en los cambios que puedan impulsarse en materia impositiva en un país con la presión tributaria más baja de la región en el que muchos reclaman una mayor contribución al fisco del sector agropecuario, clave para el crecimiento.

La economía en el cuarto exportador mundial de soja creció un 4,8 por ciento el año pasado a pesar de la inestabilidad en la región y se espera una expansión de 4,7 para este año. La pobreza afecta a más de una cuarta parte de la población.

Analizarán aumentar tributos

«El Paraguay va a seguir creciendo, pero necesitamos un crecimiento económico más inclusivo, sacar a nuestra gente de la pobreza extrema, disminuir el desempleo (…) buscaremos generar políticas tributarias que nos permitan recaudar más», dijo Abdo.

Otro de los desafíos del presidente será mostrar que no apaña la corrupción en momentos que se repiten las protestas en las calles y frente al domicilio de legisladores de su partido investigados por la justicia.

«Su partido se encuentra profundamente dividido y la oposición lo podrá acompañar si sus proyectos son genuinos, democráticos y si demuestra que su gobierno es aperturista», dijo a la AFP el líder opositor Miguel Abdón Saguier, del partido Liberal.

El partido Colorado cuenta con 17 de 45 senadores y 41 de los 80 diputados.

Las diferencias entre colorados son tan hondas que el saliente mandatario Horacio Cartes, de su mismo partido, no estuvo en la ceremonia.

Protestas sociales

Abdo toma el mando presidencial en una semana marcada por movilizaciones ciudadanas para repudiar la corrupción política, una efervescencia transmitida por contagio de los escándalos en varios países de la región.

El presidente admitió en una entrevista con la AFP meses atrás que «la justicia es la pata renga de nuestra democracia» y en su última intervención ante periodistas el lunes, expresó que espera cambios y «una justicia valiente e independiente» para resolver los casos.

Aunque no hay procesos en curso, Paraguay figura como uno de los países con más alto índice de percepción de corrupción en el mundo, en el puesto 135 sobre un total de 180.

FUENTE DIARIO EL UNIVERSO (EC)[:]

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