Nueva York – Hembert Figueroa simplemente quería un taco. Así que le sorprendió descubrir que los billetes que tenía en el bolsillo no servían para nada en la Dos Toros Taquería en Manhattan. Un número creciente de negocios en Estados Unidos solo aceptan el pago con tarjetas o celulares.
Esos negocios están generando críticas entre activistas y algunos legisladores y otros de tendencias liberales que dicen que la práctica discrimina contra personas como Figueroa, que o no tienen cuentas bancarias o prefieren efectuar muchas transacciones en metálico.
Figueroa, un trabajador metalúrgico, tuvo que hacerse a un lado, taco en mano, hasta que un cajero comprensivo le ayudó a encontrar a otro comensal dispuesto a pagar por su comida con una tarjeta, a cambio del efectivo.
«Yo tenía dinero, pero no podía pagar”, dijo. El asunto atrajo atención pública esta semana cuando el gigante minorista Amazon cedió a las presiones de activistas y acordó aceptar efectivo en más de 30 tiendas que no lo hacían, incluyendo sus Amazon Go, que no tienen cajeros, sus librerías.
Amazon declinó decir cuando implementaría el cambio.
No existe una ley federal que requiera que las tiendas acepten efectivo, así que legisladores trabajan en el asunto a niveles estatal y municipal.
Este año, Filadelfia se convirtió en la primera ciudad en prohibir las tiendas sin efectivo, pese a presiones de Amazon para impedirlo. Nueva Jersey aprobó una prohibición en todo el estado poco después. Y una prohibición similar está siendo Nueva York. Antes de este año, solamente una jurisdicción requería que los negocios aceptasen efectivo: Massachusetts, que aprobó una ley en ese sentido hace 40 años.
«Pienso que los costos sociales potenciales de una economía sin efectivo superan los beneficios potenciales para los negocios”, dijo Ritchie Torres, un concejal del distrito de South Bronx en la ciudad de Nueva York que presentó la propuesta.
Los oponentes argumentan que aunque las tiendas y restaurantes sin efectivo no abundan ahora, la práctica pudiera extenderse a otros servicios, incluyendo algunos con clientes de bajos ingresos.
Sam’s Club, propiedad de Walmart, abrió su primera tienda sin efectivo en Dallas el año pasado, usando tecnología que les permite a los usuarios escanear y pagar por sus compras con sus celulares. Kreger ha instalado una tecnología similar en unas 400 tiendas en todo el país.
Estadios en Tampa Bay, Florida, y Atlanta han comenzado a implementar la práctica y el Barclays Center, donde juegan los Nets de Brooklyn de la NBA, es ahora una instalación sin efectivo.
Los partidarios de las prohibiciones dicen que les preocupa que la tecnología está expandiéndose a una ritmo demasiado acelerado para 6,5% de los hogares estadunidenses (8,4 millones) que no tienen cuentas bancarias, de acuerdo con cifras de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos.
Figueroa pertenece a un grupo mucho mayor de personas que tienen una cuenta bancaria principal, pero dependen de servicios financieros alternativos, como agencias que convierten en efectivo cheques de paga, cobrando interés. Más de 24 millones de hogares en el país pertenecen a esa categoría, de acuerdo con la Corporación (FDIC).
El asunto afecta desproporcionadamente a las comunidades negra e hispana. Aproximadamente 17% de los hogares afroestadounidenses y 14% de los hogares hispanos carecen de cuentas bancarias, comparado con apenas 3% de los hogares blancos, de acuerdo con la FDIC.
Leo Kremer, codueño de Dos Toros, la taquería en la que Figueroa trató de usar efectivo, dijo que el volumen de transacciones en efectivo en sus locales cayó de 50% hace una década a 15% el año pasado. Afirma que eso hizo el costo y la logística de lidiar con efectivo demasiado oneroso. Antes del cambio, dos localidades de Dos Toros fueron robadas.
Aún así, Kramer dice que la compañía haría los ajustes necesarios si se le requiere legalmente aceptar el pago en metálico.
«No hay personas malas en este asunto. Todo el mundo está tratando de hacer lo correcto y asegurarse de que no hay malas consecuencias no intencionales”, dijo.
Como muchos neoyorquinos, Figueroa se gasta regularmente entre 10 y 15 dólares diarios en almuerzo. Dice que regresaría a Dos Toros con su tarjeta de débito ahora que conoce de la política. «Fue un buen taco”, dijo.
FUENTE: DIARIO EL UNIVERSO (EC)