Los dos principales rivales a la presidencia de Argentina midieron el domingo su fuerza en el primero de dos debates, a sólo dos semanas de unos comicios en los que el actual mandatario aún tiene la esperanza de ser reelecto pese al desencanto de muchos con su gobierno.
El presidente Mauricio Macri pidió un nuevo voto de confianza de los argentinos que se sienten frustrados por la crisis, mientras que su principal rival, el kirchnerista Alberto Fernández, le acusó de haber incumplido sus promesas.
“Gracias al esfuerzo de los argentinos hemos solucionado problemas, pero existen otros que no resolvimos; estoy acá para pedir que trabajemos juntos para resolver los problemas que faltan”, dijo Macri al dar inicio al debate en la en la ciudad de Santa Fe, a 468 kilómetros de Buenos Aires.
Fernández sostuvo, en tanto, que “hace cuatro años hubo otro debate y alguien mintió mucho, quien mintió es el presidente que hoy quiere volver a serlo; yo vengo a de decirles la verdad, a proponer que juntos pensemos que país queremos”.
Macri afronta el primer debate previo a las elecciones del 27 de octubre con la necesidad de captar votos de muchos argentinos desencantados con su gestión y que están seducidos por la propuesta de Fernández de poner fin al modelo de ajuste.
En el debate de cara a la primera vuelta electoral, también participan los conservadores Juan José Gómez Centurión y José Luis Espert, el centrista Roberto Lavagna y el izquierdista Nicolás del Caño, todos ellos con un apoyo en votos muy acotado.
Relaciones Internacionales; Economía y Finanzas; Educación y Salud, y Derechos Humanos, Diversidad y Género son los temas sobre los que los candidatos presidenciales expondrán sus propuestas en la cita moderada por cuatro periodistas y realizada en la Universidad del Litoral.
Macri sufrió en los últimos dos años una fuerte caída de su popularidad en medio de una recesión económica y una indomable inflación que generaron que la pobreza se disparara, puntos flacos que sus rivales le reprochan constantemente.
El presidente asumió el poder en 2015 prometiendo bajar la inflación y “pobreza cero” y pidió que su gestión fuera evaluada teniendo en cuenta ese último objetivo. Sin embargo, la pobreza afecta a 35,4% de la población, según mediciones del primer semestre, y se espera que se incremente a fin de año. Por su parte, se cree que la inflación superará 50% y la economía caerá más de 3%.
Macri ha reconocido durante la campaña electoral “la bronca” que sienten los argentinos en un contexto de fuerte ajuste, pero sostiene que necesita revalidar su poder cuatro años más para revertir la crisis.
En un intento por impedir la derrota que vaticinan las encuestas, en los últimos días intensificó su campaña en distintas ciudades donde expuso su postura contra el aborto, entre otras de tinte conservador con las que busca sustraer votos a sus contrincantes de derecha, y también medidas para aumentar los ingresos de la clase media.
Fernández llega al debate impulsado por el favorable resultado obtenido en las primarias abiertas y obligatorias de agosto, en las que fue el más votado, con una diferencia de más de 15 puntos respecto a Macri. El candidato fue jefe de gabinete de Néstor Kirchner (2003-2007) y de su esposa y sucesora Cristina Fernández (2007-2015), quien lo acompaña en la fórmula electoral como aspirante a vicepresidenta y continúa ejerciendo un gran liderazgo entre las clases populares.
Fernández, que se presenta como un moderado, ha reforzado en los últimos días sus críticas a la política de ajuste aplicada por el presidente y prometido que pondrá a Argentina “de pie” con un modelo que impulse a la pequeña y mediana empresa, impida la fuga de capitales e incremente la producción y el consumo.
Su tendencia ganadora parece irreversible en un contexto de profundización de la crisis luego de las primarias por una abrupta devaluación y una disparada de los precios que los analistas atribuyeron al temor de los mercados al regreso del populismo al poder. (I)
Fuente: Diario El Universo (EC)