La FED necesita algo más dramático que un desplome en las acciones para desviar el rumbo de su política monetaria
Los asediados inversores globales que nadan en un mar de deudas están obsesionados con un número mágico: el precio de ejercicio del llamado “Powell Put” o la cantidad de sangre que los mercados bursátiles deben derramar antes de motivar a la Reserva Federal (FED) para que modere su plan de alzas.
Por ahora, un coro de voces de Wall Street dice que el descenso de US$2 billones en las acciones estadounidenses durante este mes aún tiene que ajustar las condiciones financieras a niveles que desencadenen una compensación monetaria expansiva. Ello incluso cuando los operadores en los mercados del eurodólar bajan las apuestas sobre los aumentos de las tasas de interés el próximo año.
BNP Paribas SA considera que una caída del 6% en el índice S&P 500 a 2.500 es el nivel de resistencia para estimular el ajuste monetario. Evercore ISI lo ha colocado al menos por debajo de los 2.650, comparado con el nivel de cierre del índice S&P 500 en 2.656 el miércoles.
Mientras tanto, los administradores de dinero en BlackRock Inc. y River Valley Asset Management dicen que la economía real se mantiene relativamente aislada del colapso de las acciones.
“Obviamente, la corrección que estamos viendo en el mercado de valores es algo a lo que prestan atención”, dijo Scott Thiel, director de inversiones de renta fija fundamental de BlackRock en Londres, en una entrevista en Bloomberg TV. Pero “la vara es muy alta para cambiar la política monetaria de la
FED”.
La FED necesita algo “más dramático” que un desplome de las acciones para convencerlos de desviar el
rumbo, dijo Andre de Silva, director global de Investigación de Tasas de Mercados Emergentes de HSBC
Holdings en Hong Kong, a Bloomberg TV el jueves.
El miércoles, el índice S&P 500 cerró con una baja de un 3,1%, y octubre está en camino de convertirse
en el peor mes para el índice de referencia de Estados Unidos desde febrero del 2009. Desde finales de
setiembre se han perdido hasta US$6,7 billones en valor de la capitalización global del mercado de
valores, según datos compilados por Bloomberg, comparado con US$7,8 billones en la corrección de
febrero.
El desplome del mercado aún debe infligir mucho más dolor a los bonos corporativos, un componente clave
de las condiciones financieras que monitorean las autoridades del banco central. El diferencial de bonos
basura respecto de la deuda corporativa con grado de inversión se ha reducido en 14 puntos base este
año. Las autoridades monetarias han minimizado las olas de volatilidad del mercado en el 2018, citando
la salud de la trayectoria económica de EE.UU. y el ajustado mercado laboral.
Después de que la FED aumentara la tasa de interés en la reunión del mes pasado, su presidente Jerome
Powell insinuó la posibilidad de una pausa en el plan de alzas, señala Anand Ramachandran de River
Valley Asset Management.
“Lo abordó dos veces: primero señalando que las valoraciones del mercado están en el extremo superior de
los rangos históricos, y desde esa perspectiva, una corrección no sería inusual”, dijo el inversionista
desde Hong Kong. “En segundo lugar, después de una pregunta reiterada sobre el tema, afirmó que la FED
considera los efectos secundarios y la naturaleza de las correcciones”.
El S&P 500 ha recuperado alrededor del 35% desde que la FED comenzó su ciclo de ajuste en diciembre del
2015.
“Una caída de entre un 10 y un 15% en las acciones suele ser la diferencia entre el ruido y la señal”,
escribieron en una nota los analistas de BNP Paribas encabezados por Bricklin Dwyer en una nota.
FUENTE: DIARIO EL COMERCIO (PE)