En abril, el cuerpo de una mujer que se desplomó en una acera del Beaterio (sur de Quito) prendió las alarmas. La comerciante de 37 años murió por Covid-19. Ese cadáver en la calle hacía creer que el terrible momento que vivió Guayaquil se podía repetir en Quito.
Ese fue el primer caso y desde entonces -según cifras de Empresa Pública Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Emgirs – EP)- se han recogido 342 cadáveres en calles, casas, asilos y más.
Índices abajo
El mayor Diego López Tapia, jefe de la sección Inspección Ocular Técnica de Criminalística, indicó que la segunda semana de julio fue la que presentó un incremento en el levantamiento de cadáveres extrahospitalarios. Precisamente, entre el 13 y el 19 de julio se registró la cifra más alta. Según Emgirs, en esa semana hubo 43 cuerpos.
Este número duplicó al de la semana del 29 de junio al 5 de julio, donde hubo 22 levantamientos. La segunda cifra más alta.
Actualmente, la capital presenta una disminución, ya que hay un promedio de tres a cuatro cadáveres que se recogen y ya no 11 o hasta 13.
Los aciertos de Quito
El infectólogo Héctor Navarrete explica que la capital activó desde el inicio un protocolo de levantamiento de cadáveres (Covid-19). “Cuando este protocolo empezó a activarse la autoridad tuvo una visión más clara, no 100% porque es innegable el subregistro, pero sí una mejor visión de lo que pasaba”.
Navarrete también cree que fue oportuno el grupo profesional que se puso a cargo del tema. “Sumar a Linda Guamán (asesora técnica de la secretaría de Salud) y Francisco Pérez (encargado del análisis epidemiológico del Municipio) puso la casa en orden en un momento en el que Quito estaba desbordado”.
El experto señala que desde entonces (inicios de junio) se implementaron puntos de triaje y brigadas médicas comunitarias que, detalla, han sido claves para la disminución de mortalidad y el respiro en áreas de hospitalización de los centros de salud.
“Con el triaje es implementar cercos. Hay mayor conocimiento también sobre la enfermedad y por lo tanto hay un tratamiento pronto que evita, precisamente, estas muertes en calles o casas”, agrega.
Orden ciudadano
El 12 de septiembre termina el estado de excepción en el país. Con esto, no hay cuerpo legal para prohibir a la ciudadanía la realización de fiestas y tampoco se puede implementar restricciones de movilidad, como el toque de queda.
Lo que se debe reforzar, según Andrea Villacís, experta en salud pública, es la realización de pruebas diagnósticas. “No llegan ni a 40.000 de las 100.000 que compraron. Sin esto, los casos positivos empeoran sin tener diagnóstico y las Unidades de Cuidados Intensivos colapsan o la gente sigue muriendo en casa”.
Villacís señala que se deberá hacer más énfasis en campañas de concientización, pues “será corresponsabilidad ciudadana, aplanar la curva”. ·Eso es un verdadero reto, tomando en cuenta el contexto económico y social que vive el país”. (AVV)
Las cifras siguen sin cuadrar
Las cifras entregadas por el COE nacional y cantonal sobre las muertes por Covid-19 o sospecha, distan de las que entrega el Registro Civil.
Según el COE de Pichincha, desde abril, la provincia ha registrado 924 muertes por Covid-19 o sospecha. Sin embargo, de enero a julio, en el Registro Civil constan 10.953 muertes en el mismo lapso; pero, en 2019, fueron 7.629. Mientras que hasta agosto se registraron 12.333 decesos.
En Quito, según el Registro Civil, las muertes inusuales fueron en aumento desde marzo hasta medidos de agosto. En ese lapso se registraron 9.822 fallecidos, un exceso de 4.500, aproximadamente, en comparación con 2019.
Muertes extrahospitalarias
En Quito, desde abril hasta la fecha