Brasilia – El presidente electo de Brasil, el derechista Jair Bolsonaro, ganó los comicios del domingo prometiendo una dirección radicalmente nueva en política que va desde la lucha contra la delincuencia y la reducción del rol del Estado en la economía, hasta facilitar la explotación de las tierras indígenas.
Los siguientes son algunos de sus principales objetivos políticos: ç
Lucha contra corrupción
Luego de que el mayor escándalo de corrupción en la historia de Brasil salpicó a la clase política en los últimos cuatro años, ayudando a asegurar la elección de Bolsonaro, el capitán en retiro del Ejército se comprometió a enfrentar las prácticas viciadas en la vida pública.
Él ha dicho que fomentará nuevas investigaciones sobre corrupción y que terminará con el tira y afloja entre el gobierno y los partidos políticos, que ha sido una fuente importante de acuerdos secretos y favoritismo.
Bolsonaro se ha comprometido a reducir el número de ministerios en Brasilia de 29 a 15 y nombrar en su
gabinete a varios generales en retiro.
Privatizaciones
Bolsonaro se comprometió a privatizar una serie de empresas con presencia estatal, incluidas unidades de
la petrolera Petroleo Brasileiro SA (Petrobras) y la empresa de energía eléctrica Centrais Eletricas
Brasileiras SA (Eletrobras) .
Sin embargo, la medida en la que el Estado controla sus actividades centrales sigue siendo un tema de
debate entre su principal asesor económico, Paulo Guedes (que favorece las privatizaciones), y los
generales en retiro que respaldaron su candidatura presidencial.
Bolsonaro ha dicho que reformará el costoso sistema de pensiones de Brasil para reducir el déficit
presupuestario insostenible de Brasil, una importante promesa simbólica para muchos inversores.
Sin embargo, Bolsonaro no ha sido claro sobre los detalles de su plan, aparte de decir que difiere de la
propuesta del gobierno saliente. También propuso una revisión al régimen fiscal, que incluye un gravamen
a la renta fija y menores impuestos sobre las nóminas.
Mano dura contra el delito
Una promesa de campaña fue la de enfrentar el aumento de la delincuencia y la violencia en las ciudades
brasileñas otorgándole a la policía más autonomía para abrir fuego contra presuntos delincuentes.
En un país con más de 60.000 muertes por disparos al año, Bolsonaro quiere enmendar las leyes de Brasil
para facilitar que los brasileños porten armas.
También pretende involucrar más activamente al gobierno federal en la seguridad pública, por la que los
gobiernos estatales han sido responsables tradicionalmente. Dijo que quiere usar el Ejército para
patrullas de rutina en las calles de la ciudad, algo de lo que algunos oficiales militares de alto rango
ven con desconfianza.
Cambio en política exterior
China se ha convertido en el mayor socio comercial de Brasil en los últimos años, con 75.000 millones de
dólares en comercio bilateral el año pasado, pero Bolsonaro ha descrito a Pekín como un depredador que
busca dominar áreas económicas clave.
Bolsonaro está satisfecho con que China compre materias primas a Brasil como la soja. Pero el presidente
electo de 63 años se ha comprometido a detener las adquisiciones recientes de la nación asiática en los
sectores de energía e infraestructura del país sudamericano.
También se comprometió a reformular la política exterior de Brasil, que se alejó de Estados Unidos en
los casi 13 años de gobiernos del izquierdista Partido de los Trabajadores. Como un abierto admirador
del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Bolsonaro dijo que su objetivo es mejorar los lazos con
Washington.
Siguiendo la agenda nacionalista de Trump, se comprometió a disminuir el compromiso de Brasil con los
bloques regionales como el Mercosur y buscar relaciones bilaterales. También dijo que trasladaría la
embajada de Brasil en Israel a Jerusalén y cerraría una embajada palestina en Brasilia.
Priorizar agricultura y minería
Aliado cercano del poderoso cabildeo agrícola de Brasil, Bolsonaro se ha comprometido a detener las
invasiones de tierras agrícolas por parte de tribus nativas y movimientos de campesinos sin tierra.
También quiere terminar con la demarcación de reservas indígenas adicionales al tiempo que permite la
minería y otras actividades comerciales en las tierras nativas.
Sin embargo, en los últimos días Bolsonaro retiró un compromiso inicial para sacar a Brasil del Acuerdo
de París sobre el cambio climático.
También ha dado marcha atrás en sus planes para combinar los ministerios de Agricultura y Medio
Ambiente, que propuso originalmente como una forma de aliviar la presión sobre los agricultores en la
frontera agrícola de rápida expansión de Brasil. Los ambientalistas temen que tal decisión podría llevar
a regulaciones ambientales más flexibles.
FUENTE: DIARIO EL UNIVERSO (EC)